La inclusión de obras en el Registro del Centro Nacional de Derecho de Autor (CENDA) protege a los autores de las posibles violaciones a sus derechos.
Luego de un período en que naufragó a la deriva, desde hace un año el Centro Nacional de Derecho de Autor (CENDA) retomó en Sancti Spíritus su quehacer, dirigido en lo fundamental a proporcionar un contexto jurídico adecuado en el sistema de relaciones que se establecen en torno a la utilización de obras intelectuales.
Según Lídice Farías Palmero, actual representante del departamento de Registro del CENDA en la provincia, desde septiembre del 2011 hasta la fecha se han inscrito o se encuentran en proceso de inscripción un total de 30 obras, cifra relativamente baja si se tiene en cuenta el potencial con que cuenta el territorio.
Aun cuando la mayor parte de las obras registradas pertenece al panorama artístico, el amparo legal que ofrece la entidad se extiende a todas las creaciones intelectuales, razón por la cual pueden figurar en los archivos del centro no solo las composiciones musicales, literarias y de las artes plásticas, sino también softwares, bases de datos, multimedias y demás productos relacionados con las nuevas tecnologías.
De ahí que, en el lapso de un año desde que se revitalizó la actividad, creadores de toda la provincia han acudido a inscribir canciones (13), obras de las artes plásticas (4) y literarias (7), acápite en el que se incluyen las tesis en todas sus modalidades, debido a la necesidad de protección de este tipo de trabajos con alto rigor científico.
“El hecho de inscribirse en el registro no le reporta al autor ningún beneficio económico, pero lo respalda legalmente ante alguna reclamación en virtud del derecho que tiene sobre su obra”, sostiene Farías Palmero, quien reconoce al plagio y el uso no autorizado como los delitos más frecuentes, además de la piratería, tema que está siendo analizado a la luz de las nuevas regulaciones para el trabajo por cuenta propia que avalan la reproducción al por mayor de música y audiovisuales.
El CENDA surgió a propuesta del Ministerio de Cultura el 21 de febrero de 1978, con el objetivo expreso de contribuir a la creación de condiciones jurídicas, morales y materiales propicias para el trabajo de escritores y artistas y para el fomento de la cultura nacional, labor en la que se encuentra enfrascado en Sancti Spíritus con el ánimo, además, de revertir el atraso acumulado durante los años de inactividad.
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