El segundo lugar ocupado por la provincia espirituana en la emulación nacional de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) se corresponde con el liderazgo del sector cooperativo y campesino en la producción de alimentos.
Desde hace varios años, la plataforma agropecuaria de Sancti Spíritus descansa su escalón productivo fundamental en el sector cooperativo y campesino y de ese gremio anapista depende sobremanera la alimentación de casi medio millón de espirituanos; también de que el territorio cumpla y engorde su aporte a la sustitución de importaciones, así como la necesaria transformación del escenario agrario en el rumbo que dictan los nuevos postulados de la economía nacional.
Los más de 30 000 cooperativistas y campesinos de la provincia agrupados en la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) no se desayunan con tales compromisos y proyecciones, pues alrededor de la campiña se apilan muchas de las estrategias establecidas por el país para actualizar los esquemas de explotación de la tierra, ensanchar las producciones agropecuarias, despejar el camino de la comercialización y, a la vez, apretar las riendas del control y la exigencia.
Por eso llegaron oportunos este 17 de mayo, al calor del aniversario 51 de la organización, los guateques y las tonadas. Hombres, mujeres y jóvenes cambiaron la vestimenta de trabajo y se fueron a Cuatro Esquinas, un pródigo rincón de Cabaiguán, donde la “Cuba Nueva” que se construye hace más de medio siglo muestra bríos renovados en una Cooperativa de Producción Agropecuaria que honra su nombre con la producción diversificada, la economía y la introducción de la ciencia y la técnica.
La fecha trajo pretextos para el merecido agasajo a unos guajiros que le tomaron el narigón a la emulación de la ANAP y pusieron la sitiería espirituana en la segunda posición nacional, de ahí la válida recordación de lo que representa este sector si de comida se trata. En Sancti Spíritus los anapistas aportan el 63 por ciento de la producción de arroz y el 96 del frijol; su protagonismo en otros renglones resulta determinante: viandas, 82 por ciento; tabaco, 98; porcino, 67; y leche, 75.
Pero, el recuento del 17 de mayo miró al frente y a la espalda de las cosechas y demás producciones, porque no en todas las bases campesinas ni a escala individual los planes terminan en el cumplimiento, ni las ventas al Estado se ajustan a la contratación.
Que esta posición de vanguardia no fuera aún mejor obedece, en parte, a que renglones determinantes como el frijol, el tomate, la leche y el tabaco, por citar algunos, tengan incumplimientos colectivos e individuales.
El sector cooperativo y campesino reúne motivaciones para surcar con mejores resultados los nuevos tiempos y tan necesario como la diversificación de sus producciones es también atender la economía, fortalecer y cumplir con la contratación, enfrentar los hechos negativos y abolir la mala actitud de algunos productores que quieren dedicarse solo a lo que más dinero da y no a lo que demandan la población y la provincia.
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