El Teatro Principal de Sancti Spíritus, uno de los coliseos más antiguos de Cuba, volvió a abrir sus puertas este domingo, justo cuando se cumplieron 173 años de la inauguración de esta joya de la arquitectura colonial cubana.
Hasta hace apenas unas horas empresas nacionales y del patio se encargaban del montaje del audio y las luces, la colocación de telones y alfombras, la ubicación del mobiliario y retoques de pintura; detalles finales de una reparación capital que le ha devuelto a los espirituanos una instalación de excelencia, con 330 lunetas y un tabloncillo de lujo presto para recibir los más diversos espectáculos.
Pintado de azul tierno y la carpintería en beige, como lo devuelven las fotografías de su época de esplendor, al inmueble, que cuenta ahora con una potente climatización, tecnología de punta y maderas preciosas importadas, se le agregaron cinco camerinos y un hermoso café-teatro, cuya barra exhibe relieves con reproducciones de artistas plásticos espirituanos.
En apenas un año y tres meses, trabajadores de la Construcción y de varias empresas espirituanas, nacionales y de otros territorios, así como decenas de movilizados del sector de la Cultura han hecho prácticamente el milagro de la reconstrucción del teatro.
Aun en medio de una compleja situación económica, el país destinó más de 2 millones de pesos en moneda total para la reparación de este coliseo, uno de los tres símbolos de la identidad espirituana, junto a la Iglesia Mayor y el puente sobre el río Yayabo.
“Lamentablemente no pudo tener más capacidad ni parecerse más al original porque la transformación que se le hizo para cine lo impidió. Quizás con un poco más de tiempo hubiera quedado mejor, como promedio la reparación de los teatros se extiende por un quinquenio; pero en sentido general nos sentimos satisfechos con esta reconstrucción: todo se ejecutó a un costo mínimo y con elevada calidad”, asegura Lidia Rosa Alfonso, inversionista de Cultura en la provincia.
Para los especialistas, una de las transformaciones más valiosas fue la ampliación del escenario, ahora con 200 metros cuadrados, lo cual facilita las visuales y mejora los ángulos de observación para los espectadores desde el lunetario.
Estas modificaciones permiten, además, ganar en agilidad y en complejidad para la realización del espectáculo y diversificar el diapasón de presentaciones en cartelera: todo tipo de teatro, ballet de pequeño y mediano formatos, compañías de baile folclórico, música de cámara y lírica de pequeño formato, entre otras opciones.
La gala inaugural, a la que asistieron las autoridades políticas de la provincia y representantes del Ministerio de Cultura, contó con la actuación del talento artístico espirituano en una suerte de recorrido por la historia del Teatro Principal desde que fuera levantado a la vera del Yayabo y, como cierre, el maestro José María Vitier interpretó parte de su repertorio de obras clásicas cubanas.
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