Uno de los más ambiciosos proyectos hidráulicos que haya emprendido la nación se gesta en el centro de la Isla.
Un río artificial casi tan largo como el Cauto y dos veces más extenso que el Zaza está siendo dibujado en la barriga de la isla de manera tan silenciosa que a veces no revela toda su magnitud, ni siquiera para los propios hombres que intervienen en su creación.
La obra contará con 309 kilómetros de canales magistrales, será alimentada por 27 presas de tres provincias y, según los expertos responsabilizados con su construcción, podrá conducir agua desde la zona de Méyer, en el Escambray espirituano, hasta las proximidades de Camagüey.
La obra, un megaproyecto sumamente estratégico para el país, contará con 309 kilómetros de canales magistrales, será alimentada por 27 presas de tres provincias y, según los expertos responsabilizados con su construcción, podrá conducir agua desde la zona de Méyer, en el Escambray espirituano, hasta las proximidades de Camagüey.
A juzgar por el cronograma vigente, que prevé concluir todos los trabajos para el 2022, esta pudiera parecer una realización de futuro; sin embargo, los especialistas del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) a cargo de tan complicada empresa hacen notar que muchos objetos de obra y sistemas integrados al proyecto ya han sido concluidos e incluso no pocos de ellos tienen valor de uso desde hace décadas.
Entre estos últimos se cuentan varias presas de la provincia espirituana (Zaza, Higuanojo y Banao II), la derivadora Sur del Jíbaro, en La Sierpe, así como el canal Zaza-Ciego (36 kilómetros), con un trazado que comprende desde dicha derivadora hasta la zona de Venezuela, al sur de la provincia avileña.
“Es imposible trabajar de manera simultánea en todos los frentes –aclara Manuel Díaz Riverol, subdelegado de Inversiones del INRH en Sancti Spíritus-, existe un esquema desde este año hasta el 2022, que pretende ir incorporando servicios por tramos, de manera que se pueda aprovechar la infraestructura creada en beneficio de los diferentes programas agrícolas que se impulsan en la región.
“Al mismo tiempo -explica- se ha previsto reparar algunas partes que así lo requieran y por supuesto terminar de construir todo lo que resta del sistema, que no es poco. En el 2012, por ejemplo, se está trabajando en la rehabilitación del trasvase Zaza-Ciego.
POR DEBAJO DE LA CEIBA
“Estamos haciendo un río, pero atravesa’o”, dice uno de los buldoceros que labora en el sifón de La Ceiba, donde ya se terminó el movimiento de tierra y ahora se ejecuta la colocación de los más de 100 cajones de concreto que requiere dicha intersección.
En todo el segmento Zaza-Ciego se ocupan más de 200 hombres de la Empresa Constructora de Obras de Ingeniería (ECOING-27), de la provincia avileña, pertrechados con buldózeres, trompos, camiones y otros equipos imprescindibles para asumir los trabajos de reparación proyectados en la obra.
Para el ingeniero Pedro Gómez Zamora, director de la UEB Centro Este, de la Empresa de Servicios Ingenieros (ESI)-Dirección Integrada de Proyectos (DIP) Trasvase, lo que ahora se acomete resulta primordial para asegurar el presente y el futuro del canal.
El revestimiento de 10 kilómetros (ya han sido terminados 2,5), el relleno de lagunas en la parte norte del mismo, la conclusión de las casas de explotación y otras labores en obras de fábrica y sifones (pasos por debajo de los ríos), constituyen los frentes más priorizados por la fuerza constructora, que según el ingeniero Yuraldys Arteaga Pagés, jefe de control de la ejecución, demanda diariamente unos 100 metros cúbicos de hormigón, volumen que se incrementará proporcionalmente con el ritmo de ejecución.
Como parte de los trabajos, iniciados en mayo de 2009, se rectificaron los diques protectores, se repararon terraplenes y caminos de explotación, en tanto para el corriente año se prevé terminar otros 5,3 kilómetros (con estos se completarían 42 Km.), lo cual estiraría el canal hasta las proximidades del poblado de Venezuela y permitiría usar la parte ya concluida.
UN ROMPECABEZAS EN EL MAGISTRAL
Como si estuvieran frente a un tablero de ajedrez o un campo de batalla, donde cualquier error arrastra consecuencias futuras, los especialistas encargados de la programación de los trabajos en el trasvase vienen midiendo muy bien cada paso para no entorpecer la producción ni retardar la marcha de los programas agropecuarios que se gestan en la zona.
Al este de La Sierpe, por ejemplo, las filtraciones del Canal Magistral Zaza afectan la reparación del trasvase Zaza-Ciego, razón por la cual se decidió también la rehabilitación del primero en el corriente 2012 y su interconexión con el segundo de modo que a través de este se pueda abastecer al CAI arrocero Sur del Jíbaro mientras duren los trabajos en el Magistral.
La reconstrucción del Magistral Zaza, una contingencia inédita en sus cuatro décadas de explotación, constituye una necesidad inaplazable en aras de aprovechar de manera más racional el agua de la mayor represa de Cuba, buena parte de la cual hoy día se pierde por falta de eficiencia en dicho canal.
Para el momento en que se inicien tales labores, que obviamente imposibilitarán usar el agua de la Zaza por un período prolongado, el INRH ha previsto también tener al tope el sistema Jatibonico (Dignorah, Lebrije, La Felicidad), hoy sometido a diferentes reparaciones, que pudiera aportar más de 100 millones de metros cúbicos; usar las reservas subterráneas de la zona, estimadas en una cifra similar; e incluso bombear desde la llamada Toma de agua del río Zaza, todo lo cual al menos permitirá atenuar las afectaciones.
INVERSIÓN RECUPERABLE
El sistema concebido por los proyectistas sobre el papel, que ha demandado años de cálculos y estudios a más de un equipo de expertos, parece todavía una cicatriz azul en el mapa, una marca que nace en las estribaciones trinitarias, se contonea por toda la faja sur de la Isla, cruza ríos y serpentea hasta llegar al fondo de Camagüey.
A juzgar por los beneficios productivos que representaría disponer de un almacén seguro, particularmente en condiciones de sequía extrema, el proyecto pudiera cambiar la suerte de una vasta región y recuperar en un período de tiempo relativamente corto el monto de la inversión.
Las bondades de la obra pudieran extenderse a más de 148 200 hectáreas de las tres provincias con potencialidades reconocidas para el fomento del arroz, los cultivos varios, la caña, los cítricos, la soya y el desarrollo de la ganadería que, según estimados, recibirán por esta vía unos 900 millones de metros cúbicos de agua.
Aplazada desde inicios del período especial, la construcción de la presa Agabama, que estará ubicada en el río de igual nombre, constituye punto de partida del sistema y eslabón imprescindible para saciar la demanda hídrica de la región, una vez enlazada con el resto de la obra.
El embalse, que según el cronograma pudiera estar construido para 2018, y el trasvase previsto hasta el sur de La Sierpe permitirán incorporar al entramado hidráulico los copiosos escurrimientos de una parte no despreciable de la cordillera central de Cuba, lo que más de una vez el General de Ejército Raúl Castro ha denominado “la mina de agua” de Guamuhaya, que hasta los días de hoy va a parar, irremediablemente, al Mar Caribe.
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Magistral obra maestra en construccion que estoy viendo la cual me alegra y satisface por las fenomenales ideas recuperativas en un futuro cercano de la agricultura cubana gue en su totalidad brindara a la tierra cultibable el agua necesaria la cual sera venefisiosa para el pueblo cubano de igual forma pues no estara lejos gue el agua se convertira en la principal materia prima para la humanidad pero le doy gracias a la REVOLUCION por seguir pensando y preocupandoce por el futuro de todos los cubanos y cubanas pese a siertos incredulos que solo saben pensar en el negativismo y conformismo. Lazaro