El Consejo de Defensa Provincial palpó “a pie de obra” los estragos provocados por las torrenciales lluvias en esta región central de Cuba, como consecuencia de las cuales hay severos daños en el alcantarillado de varias comunidades.
Pareciera que un gigante se ensañó a mordidas contra los viaductos espirituanos, los cuales constituyen la principal afectación constatada este martes por las máximas autoridades del territorio en su recorrido por los municipios de Fomento, Cabaiguán y Yaguajay.
José Ramón Monteagudo Ruiz y Teresita Romero Rodríguez, presidente y vicepresidenta del Consejo de Defensa Provincial en la provincia, respectivamente, palparon “a pie de obra” los estragos provocados por las torrenciales lluvias, como consecuencia de las cuales hay deslaves considerables y tubos de alcantarillado que fueron lanzados varios metros más adelante de los puentes. Afectadas han resultado por esta causa las comunidades fomentenses de Jíquima, Sierra Alta, Sopimpa, Alfonso, Corina y La Bija, en el Consejo Popular de Sopimpa.
Harina de otro costal fue lo ocurrido en Gavilanes, en pleno lomerío del Escambray, donde la crecida del río Caracusey, en conspiración con el Gavilancito, trajo como consecuencia que el asentamiento se dividiera en dos: de un lado servicios como el Consultorio Médico, el Círculo Infantil y la escuela; del otro, la panadería, los servicios de arreglo de efectos electrodomésticos, la librería y el minirrestaurante. Justo de aquel lado se encuentran ubicados los caseríos de IV Congreso y Santa Rosa, así como la Comandancia del Che Guevara en Caballete de Casa, a los que puede accederse solo a pie. Daños en el camino dan cuenta de “heridas” en las montañas, por donde se escurrieron piedras, ramas y lodo que obstaculizan el paso de los carros y, por consiguiente, el traslado del café que prolifera en la zona.
En Cabaiguán, aunque en menor cuantía, también se produjeron daños similares. Siete viaductos quedaron en muy mal estado, entre ellos algunos que comprometen el traslado de la leche desde las vaquerías hasta los lugares de destino. Pero además de las soluciones ofrecidas por entidades locales ya afloran otras encabezadas por los líderes de las comunidades y vecinos de esos sitios, como la presenciada por un equipo de reporteros en el paso entre Salsa Gorda y Echenique, en el camino que conduce a El Saltadero. En este último asentamiento los ríos Calabaza y Zaza fueron protagonistas de grandes crecidas, cuya huella se aprecia en las márgenes de las corrientes.
Postes repuestos luego de su derribo por las crecidas y hombres laborando en la instalación de cables, que aun a gran altura muestran las huellas dejadas por el agua, forman parte del escenario actual en ambos municipios.
El último de los territorios visitados fue Yaguajay, cuyas comunidades de Llanadas Arriba, Llanadas Abajo y Jobo Rosado lucían empapadas y mostraban la erosión en sus carreteras y caminos. En diálogo con los pobladores, José Ramón Monteagudo conoció de los daños en plantaciones de boniato, maíz y otros cultivos, que poco antes del oscurecer todavía eran cosechadas por los campesinos. También indicó la extensión de los servicios en círculos sociales obreros y otras unidades de servicios, a fin de que los pobladores puedan disfrutar de una vida nocturna con variadas opciones y ofertas.
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