Desde muy temprano en la mañana de este 21 de octubre, el ajetreo inundó cada rincón de la geografía espirituana en un ir y venir de personas dispuestas a ser las primeras en votar en cada uno de los 1 202 colegios electorales de esta región central de Cuba.
Alrededor de 360 000 espirituanos ya acuden a las urnas para elegir a los delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular para el próximo mandato y hacen uso de un privilegio casi único que les permite dar fe del derecho democrático de elegir.
Como es habitual, cada plebiscito en Cuba se convierte en una fiesta de pueblo que comienza con el voto libre y secreto de todos los ciudadanos aptos, quienes con antelación al inicio de los comicios podrán comprobar que las urnas estén completamente vacías antes de proceder a sellarlas.
Según lo establece la Ley Electoral Cubana, pueden efectuar el sufragio en estos comicios parciales los cubanos mayores de 16 años que estén en capacidad de ejercer los derechos electorales que les reconoce la Constitución.
Desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde se vota por el mérito y la capacidad; se suman a este proceso miles de espirituanos que de manera voluntaria trabajan en la organización y el aseguramiento material, incluidos los miembros de la Organización de Pioneros, que ya custodian las urnas.
El próximo 28 de octubre se realizará la segunda vuelta en aquellas circunscripciones donde ninguno de los propuestos obtenga más del 50 por ciento de los votos válidos emitidos.
Esta vez se celebran en Cuba las elecciones generales que se desarrollan cada cinco años para votar por los delegados a las Asambleas Municipales y Provinciales del Poder Popular y diputados al Parlamento.
Las elecciones parciales, por su parte, tienen lugar cada dos años y medio, de manera que el único cargo que se lleva a las urnas en una y otra ocasiones es el de esos representantes de base de los Gobiernos locales que el pueblo se encarga de elegir.
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