El dilema de si el Apóstol fue el padre biológico o no de María Mantilla busca asideros en las teorías científicas.
Como si se tratara de un caso de paternidad cualquiera entre los tantos que ha dilucidado durante décadas y no del pasaje más controvertido en la vida sentimental del Apóstol, el doctor Ercilio Vento Canosa, especialista en segundo grado en Medicina Legal, sostiene: “María Mantilla era la hija biológica de Martí, de ello no tengo dudas”.
La posibilidad ha venido desvelando a varias generaciones de cubanos tanto en círculos académicos como en tertulias de mediodía: desde los emigrados de Tampa, que miraron con suspicacia la proximidad del delegado con Carmen Miyares; hasta los ciudadanos de estos tiempos, ya curados de la mojigatería decimonónica y para quienes la paternidad de María Mantilla es un secreto a voces.
Sin embargo, el doctor Vento Canosa, también antropólogo e Historiador de la Ciudad de Matanzas, pone a un lado las especulaciones subjetivas, los mitos tejidos durante más de un siglo y se aferra a los resultados de su estudio, el único que, hasta el momento, ha pretendido acercarse a esa suerte de enigma con las armas salvadoras de la ciencia.
Publicadas en el blog personal del escritor villaclareño Jorge Ángel Hernández Pérez y reproducidas luego por el portal digital Cubadebate, las conclusiones del sabio matancero posicionaron nuevamente el tema a 50 años de la muerte de María Mantilla, la niña que el Apóstol bautizó en enero de 1881 y cuya presunta relación filial provoca todavía las más encarnizadas polémicas.
HURGANDO EN LAS FISONOMÍAS
“Mira que ese estudio me ha dado dolores de cabeza”, confiesa a Escambray el doctor Ercilio Vento, creador de la reconocida prueba morfológica y antropométrica que ha sido usada por los tribunales para poner punto final a numerosas disputas de paternidad y que fue aplicada, desprejuiciadamente, en el caso de Martí y María Mantilla.
En declaraciones anteriores a la prensa, el doctor Vento defendió con vehemencia el rigor de su investigación: “Es el fruto de 32 años de mi experiencia profesional, 32 años de intercambio con antropólogos de diferentes partes del mundo -aclaró-. En este lapso, la prueba no ha fallado en ningún caso, incluso frente a la comprobación con la prueba de ADN. La sumatoria de los rasgos en estudio aporta un alto grado de fiabilidad en los resultados, lo único que se precisa por parte del perito es su experiencia y capacidad para identificar los rasgos físicos, privando su examen de toda subjetividad, toda vez que no se trata de establecer una simple semejanza, sino de buscar los caracteres físicos heredados por el hijo a partir del presunto padre”.
El abundante material iconográfico del Apóstol y María facilitó las pesquisas que el experto matancero ya había emprendido, más como una deuda personal que como encargo de institución alguna. Auscultó los ojos, el arco de las cejas, el mentón, las mejillas, hasta las comisuras de los labios, para llegar a una conclusión que él considera digna de crédito: al comparar 66 caracteres antropométricos en las fotografías de Martí y María Mantilla se constató un 74,3 por ciento de compatibilidad.
“El índice de coincidencia es alto y muy fiable -ha suscrito el especialista a la prensa-, teniendo en cuenta que María posee también elementos que son heredados de su madre. Hay detalles que superan el simple valor numérico, por su peso cualitativo. En este sentido llaman la atención algunas identidades: la forma del labio inferior, la forma de la oreja, la forma de los ojos, el surco subnasal, la forma de la cara, el ángulo nasal, la orientación de las comisuras labiales, la orientación de las comisuras palpebrales, el eje general del ojo y las cejas, entre otros”.
Entonces, ¿se atreve usted a asegurar que María Mantilla fue la hija de Martí?, cuestiona Escambray.
“Después de tantos años aplicando este método sin un solo error, me asiste la autoridad para certificarlo porque no soy ningún improvisado -sostiene-. El rechazo de los incrédulos ¿dónde está?, en que se trata de Martí. Tienen temor a que se degrade su imagen, pero la figura de Martí es demasiado grande como para que se deteriore por un comportamiento que al final es de humanos. Que sea inconcebible en el esquema perfeccionista del moralismo burgués que aún pulula entre nosotros, ya eso es otra cosa”.
EL SECRETO DE LAS CARTAS
A los 14 años, cuando recibió la noticia de que su padrino José Martí había muerto en combate sin más protección que un retrato suyo bien cerca del pecho, María Mantilla no tuvo conciencia plena de la conmoción telúrica que suponía aquella pérdida, no solo para Cuba, sino también para su vida ulterior.
Iba a ser mirada desde entonces como la hija espiritual de un hombre a quien la vida no le alcanzó para aclarar semejante dilema ético: ¿era aquel cariño desmesurado el de un padre que prodigó a María los afectos que no pudo entregar a su hijo? ¿Fue ella la prueba tangible de una unión ilegítima que contradecía los cánones de la época y hasta los principios de Martí?
El asunto se mantuvo durante décadas silenciado por la complicidad de muchos. Referencias más o menos veladas se escurrieron en declaraciones de Gonzalo de Quesada y Aróstegui, Juan Marinello o Nydia Sarabia, pero ninguno de ellos resultó tan categórico como la propia María Mantilla, quien sostuvo en 1959 un intercambio epistolar con Gonzalo de Quesada y Miranda, hijo del secretario de Martí, en el que se declaraba descendiente del Apóstol.
“Yo, como usted sabe, soy la hija de Martí”, rubricó sin medias tintas la mujer que hasta ese momento había mantenido en el más profundo ostracismo el secreto de su familia. Sin embargo, la Mantilla no consiguió mantenerse impasible ante la historia de cierto personaje que se pretendía vástago del Héroe Nacional y lo proclamaba a los cuatro vientos en la prensa de la época.
A vuelta de correo, la respuesta de Gonzalo: “Todos sabemos que usted lo es, y que si por ejemplo nosotros los Quesada nunca lo hemos expresado públicamente es porque no ha sido hasta ahora en que usted autoriza”.
La certidumbre de María Mantilla, que apenas sobrevivió tres años a una declaración de semejante envergadura, pudo fundamentarse en las confidencias de su madre o en la aureola de especulaciones que la rodeó siempre: de todos los misterios, es el menor.
Lo cierto es que, hija biológica o no, fue invitada expresamente a las celebraciones organizadas en Cuba por el centenario del natalicio de José Martí, alentó en su familia la devoción por la figura del Apóstol y murió en 1962 sin poder demostrar al mundo, con el salvoconducto de una prueba científica, quién fue su verdadero padre.
PEDESTAL QUE MERECE
Las pesquisas antropométricas del doctor Ercilio Vento levantaron, tal y como él mismo había vaticinado, “una cosecha de desazones”. Algunos se niegan a creer cualquier hipótesis que deje fuera al ADN; otros se atrincheran en criterios tan conservadores como la incongruencia entre la ética martiana y el adulterio; los menos prefieren dejar el tema en las tranquilas aguas de la indefinición.
En el bando de los escépticos se coloca el doctor Luis Toledo Sande, estudioso de la vida y obra de José Martí y autor de la biografía Cesto de llamas, quien se declara partidario de dejar reposar la historia.
“Si uno necesita probar que es desprejuiciado, puede salir a la calle a demostrar cualquier teoría en el caso personal, pero no es recomendable ser desprejuiciado a cuenta de otro”, declara en exclusiva con Escambray.
“Si María Mantilla hubiera sido efectivamente la hija biológica de José Martí, creo que él hubiera sufrido bastante y decidió llevarse a la tumba el secreto. Carmen Miyares, que murió unos años después, también se llevó a la tumba el secreto. Entonces, ¿qué derecho tengo yo a venir a revolver esos dolores que, por otra parte, no me pertenecen? Lo importante es que María Mantilla fue la hija espiritual de José Martí: ese hecho no cambia”, concluye.
Más allá de cualquier postura ética asumida frente al origen de María Mantilla, no es con la negación obstinada ni con la irreverencia a ultranza como va a dilucidarse el dilema.
Ya lo advertía el propio Toledo Sande: “El que es sagrado en la historia de Cuba, es sagrado, y a Martí nadie podría reprocharle una conducta que resulta comprensible en el ser humano. Era, ante todo, un hombre, el mejor de los cubanos. Nadie logrará bajarlo del pedestal porque él fue tan grande como para merecerlo y, aunque se le erijan todas las estatuas, nunca serían suficientes”.
Mi duda es sobre el reportaje es el basamento científico que se le quiera dar a si María Mantilla era o no la hija de Martí. Es bien sabido que los genes expresados fenotipicamente en los padres no se expresan fenotípicamente en el 100% de los casos a su descendencia, aunque el gen que expresa ese caracter este presente. Para hacer mas potable la interpretación hijo de padres narizones no tiene que tener en todos los casos una nariz grande. La genética es compleja y no podemos simplificarla en las clases de primaria sobre gisantes amarillos o verdes. También se suma otro fenómeno descrito en la literatura que se conoce como el «gemelo extraño», personas que no tienes parentezco ninguno y guardan un gran parecido. Grandes preguntas necesitan grandes respuestas, en una época de grandes avances en la ciencia, en especial de la genética, que te da una especificidad del 99.9% no acepto un resultado de una pseudociencia como veraz. Si de verdad están tan interesados en la paternidad de María Mantilla que se gasten los pesos y publiquen un artículo científico como corresponde, hasta este momento son sólo suposiciones.
Mi admiracion por el Jose Marti literato, politico, patriota y su altruismo por la independencia de Cuba, por quien lo dio todo, es tan inmenso que un asunto tan personal jamas podria disminuirlo.
Independientemente de los honorables y meritorios esfuerzos del Dr. Vento, no me cabe ninguna duda de que Maria Mantilla es la hija biologica de J. Marti. Ese amor desplegado en las pruebas documentales a los que por suerte y privilegio hemos tenido acceso, no nos deja lugar a dudas. – Si en aquellos años alguien se podria sonrojar con estos tan » cotidianos » hechos, es normal que se mantuviera un discreto silencio al respecto.
Lo unico que yo melancolicamente lamentara seria el imposible de haber conversado directamente con Maria Mantilla, y a traves de nuestro dialogo, haberme enterado de aspectos personales de la vida de su padre, nuestro Jose Marti.
Creo q Es un buen reportaje, si es o no la hija de Jose Marti, o si bien fue su ahijada, no se porq no aceptar q el fue un hombre enamorado, q su vida personal no tiene nada q ver con su patriotismo y por su lucha por Cuba, fue un hombre apasionado y muy admirador de la belleza femenina, no creo q nada tuviera q ver q tuviese un afear fuera de su matrimonió en definitiva en muchos casos han sucedido . Lo importante fue su lucha incansable por la libertad de nuestra patria q nunca vio consumada.
me encanto el reportaje, me gusto mucho su enfoque y pienso que Marti era un hombre de grandes ideas, de grandes pensamientos politicos, fue en nuestra lucha una de las mentes y figuras mas importantes, pero no por eso dejo de ser un hombre, ni de sentir, era un ser humano con derecho a todos los privilegios y ternuras de la vida, con derecho amar, creo que maria mantilla era su hija, como se puede apreciar en varias fotografías son muy parecidos y el amor entre padre e hija era marcado, ademas como se dice «la sangre, es la sangre», y Martí amaba a María se refleja en sus versos, en sus cartas, y creo que fue un excelente padre aunque decia que espiritual, mantilla sabia y sentia que era bilogico.
No me cabe duda alguna sobre la paternidad de nuestro Apóstol de María Mantilla, Ella lo reconoció públicamente, vino invitada por el gobierno de Batista a la inauguración de la «Plaza Cívica José Martí», hoy Plaza de la Revolución, Y su cuñada, la viuda de su hermano José Francisco, el Ismaelillo, también invitada, declaró que era muy parecida a su esposo, no solo en su físico sino también en sus gestos y su carácter. Los descendientes de María Mantilla, nietos de nuestro Apóstol, también lo reconocieron. Es muy lógica la posición de Martí al negar que ella fuera su hija, lo hizo para proteger a Carmen Miyares de las críticas de sus contemporáneos.
La ciencia confirma lo que cualquier conocedor de la obra martiana podria deducir, ¿o si no que entiende un lector que sepa leer entre linea de tantos versos, fragmentos, palabras?
Yo tengo un amigo muerto
que suele venirme a ver…
…El corazon es un loco que no sabe de un color,
o es su amor de dos colores
o dice que no es amor
O aquella que dice:
Por tus ojos encendidos
y lo mal puesto de un broche…
…y por la esquela que ví
sin saber como ni cuando
supe estuviste llorando
toda la noche por mi…
Su referencia a las dos Carmen, su carta donde se refiere a su hijita, las fechas, de su llegada a N.Y del naciemiento de Maria, el estado de salud de Manuel Mantilla, la diferencia de edad entre este y su esposa…la llegada posterior a EEUU de Carmen Zayas Bazan y su ida. Pero nada de esto desluce en lo mas minimo a ese gigante que se llama Martí, son solo aspectos que resaltan su naturaleza humana, privad a Marti de eso y lo convertiremos en DIOS.
Con todo el respeto que merita el Dr. Vento, me gustaría conocer, si realmente logró realizar la prueba de paternidad, mediante ADN, en que centro lo desarrolló y cual fue el porciento de coincidencia; esos datos serían irrefutables, tal como se plantea en este articulo “Es el fruto de 32 años de mi experiencia profesional, 32 años de intercambio con antropólogos de diferentes partes del mundo» -aclaró el Dr. Vento; y aparejada la experiencia profesional, con los 74,3 % de compatibilidad del estudio antropométrico realizados mediante «fotografías» y sumandole la propia declaración de María Mantilla «Yo soy la hija de Martí» (sin expresarse en que contexto fueron manifestadas esas palabras, que bien pueden llevar implícitas «espiritual», porque así siempre fue abordada); todo ello puede conllevar a afirmar inequívocamente, a que María Mantilla es hija biológica de José Martí.
Estamos en pleno siglo XXI y no podemos negar los adelantos de las ciencias. En Cuba existen tres centros donde se realizan investigaciones de ADN: Hospital Almeijeiras; Instituto de Medicina Legista y el Laboratorio Central de Criminalística. En Cuba, las pruebas de paternidad conllevan al estudio de caracteres Hematológicos, Antromorfológicos y finalmente ADN; pero cuantos casos han mostrado un alto porciento de compatibilidad en los 2 primeros y finalmente difieren en el último. Tengase en cuenta que nos diferenciamos genéticamente unos de otros, en tan solo un 1 %. Por todo ello mientras no se realice este tipo de estudio (ADN), debemos conformarnos con que María Mantilla es y será la hija espiritual de José Martí; y si se llegase a demostrar que es la hija biológica, en nada afectará la credibilidad, la fortaleza y los valores de los pensamientos y enseñanzas del Apostol.
Hay wue Mir at los Rasgos en especial lad orejas y no hay duda que rd la hija de A pistol.
completamente de acuerdo con Daniel
Pues por la respuesta que dio Gonzalo de Quesada (hijo del secretario de Martí ) no deja dudas de que su contexto es hija biológica y no espiritual. Además claro que las similitudes físicas interesan o crees que por tener un ADN similar somos todos iguales. En mi criterio personal Martí es su padre biológico y esto no lo disminuye en lo más minimo. Me alegra pensar que tiene descendientes vivos puesto que su hijo no tuvo.
El resultado definitivo es la prueba de paternidad genética que presenta fiabilidad del 99,9999% de saber quién es el padre genético.
Me parece que el reportaje está muy bien estructurado y tiene gran basamento científico, solo que por tratarse de Martí como figura insigne de nuestro país, halla personalidades que han estudiado tanto la vida de Martí de una forma tán superficial, que no pueden aceptar de ninguna manera que se heche por tierra teorías propuestas por ellos mismos, que nada tienen que ver con la grandeza de un hombre al fín, que al igual que todos estuvo expuesto a los mismos pecados carnales que los demás hombres de su epoca.
Alexis
Excelente reportaje muy bien aclara toda duda a pesar de los proteccionistas de MARTI pies el fue un hombre comun y corriente en cuanto al amor sentimental por lo que no veo el por que MARIA MANTILLA como su verdadera hija le fuera a des valorar o quitarle su honra y honores ganados en el campo de batallas por ser MARTI un lucha anti-imperialista y anti- anexionista por sus desvelados amores hacia CUBA LA PATRIA el cual dio evidencia convincentes vasta de prejuicios que la vida privada no tienen que ver con el altruismo solidario humano y PATRIOTICO del APOSTOL. Lazaro izquierdo