El mayor jonronero del béisbol espirituano intenta sacarle a Escambray la pelota fuera del parque.
Por caminos trillados andaremos, obligatoriamente, con Frederich Cepeda Cruz, luego de 17 campañas cuajadas de éxito, marcas, lesiones, contradicciones… Así y todo, con él ha de andarse con cuidado. Locuaz e imperturbable, mide con precisión milimétrica cada frase en esa suerte de diplomacia de la que se ha armado.
No suele decir nada sin que antes haya sopesado los gramos del vocablo. Tal y como selecciona al dedillo cada lance, bordea los escollos y difícilmente cae en el ardid de una pregunta. Periodista frustrado o embajador del béisbol, se me antoja llamarle el canciller del jonrón, ahora que indagaremos sobre las cercas. Y he aquí, la primera discordia: “No soy jonronero”, advierte y deja pasar la primera recta.
Entonces, ¿cómo se explica que hace unos días se convirtiera en el jonronero mayor del béisbol espirituano cuando, con su cuadrangular 248, dejó atrás la primacía de Lourdes Gourriel Delgado? ¿Cómo logra una frecuencia de un cuadrangular cada 19,8 turnos oficiales y 54 de ellos en las últimas tres campañas?
¿La de jonrones no es una gran marca para ti?
Lo tomo como algo normal, uno comienza de cero cualquier actividad; uno comienza dando un hit, un jonrón y se acumulan. Superar a Lourdes, un superpelotero de Sancti Spíritus y de Cuba, es un honor para mí por la dedicación que él tuvo. Por eso creo que es algo grande.
Batear jonrones, ¿cuestión de suerte?
No, pero todo en la vida tiene su poco de suerte y debe estar también de tu lado, pero es la preparación diaria, la dedicación, las metas que te propongas. Me gustan las marcas, aumentar los números para ayudar al equipo. Espero jugar mucho tiempo, quisiera llegar a los 300, aunque no me presiono con una meta.
Entonces, ¿buscas o no el jonrón?
Cuando uno es novato va aprendiendo en qué conteo se puede hacer un buen swing, en cuál acortarlo. El jonrón sale, por eso te dije que no me considero un jonronero. Creo que se consigue con constancia, pero no es algo que busque a diario. Salgo a tratar de darle fuerte a la bola. Hay momentos en que esperas un lanzamiento porque conoces al pitcher por el tiempo que llevas, pero generalmente sale; también está la paciencia que vas cogiendo en el home, el pitcher es el que tiene la bola, piensa primero que tú y tienes que ganar esa guerra de pensamiento; eso lo da el entrenamiento.
¿Tantos boletos no te habrán limitado para ser más jonronero aún?
No, el béisbol está lleno de estadísticas, tiene diferentes casillas, el boleto es una más. Siempre trato de producir en el juego; si fuese bateando, mucho mejor, pero he ajustado mi forma de batear a tratar de tirarle a determinado lanzamiento. Muchos dicen: “No le tira al primero ni al segundo”. Mi objetivo no es ese, es buscar el momento en que le pueda tirar a cada uno. A veces ocupas un turno en que el pitcher trata de cuidarse más de ti y debes tener paciencia para no ser engañado. Me poncho, fallo como todos los peloteros del mundo, pero he tenido siempre esa equidad entre las estadísticas y me ha dado resultado.
¿El ser ambidextro te ha ayudado también?
Es una virtud, una enseñanza que me dio mi padre, al cual le debo todo lo que soy y sé del béisbol, respetando la labor de los entrenadores que he tenido. Es un trabajo doble y fuerte, tienes que automatizar todos los movimientos de una y otra parte. Al principio no tuve buen average, pero con el tiempo te das cuenta de que puedes dar jonrones; muchos me dijeron que me quedara a una sola mano, pero yo decidí que si triunfaba, lo hacía ambidextro y si fracasaba, también.
Tus jonrones no han hecho ganar un campeonato a Sancti Spíritus…
No lo han hecho ganar, pero lo han acercado. No bastan los jonrones de Cepeda para que el equipo gane, hace falta el esfuerzo de todos. Pienso que he aportado para que Sancti Spíritus haya cogido un segundo lugar, dos terceros y haya clasificado durante 11 años, algo que otros no han hecho; aunque hayan sido campeones, eso hay que mirarlo también. Es cierto que hubiésemos podido ganar un campeonato, pero es muy difícil porque todos se preparan. A veces decimos: ya estamos ahí; yo siempre advierto: no, todavía, vamos primero a tener las cosas en la mano.
¿Por eso ni te emocionas cuando das un jonrón?
Sí me emociono, por dentro me siento contento, no solo con eso, sino con otras marcas, pero me digo: ya pasó. Gracias a Dios y al esfuerzo, me siento satisfecho porque se ve el resultado del trabajo que paso en el terreno, pero sí me dan ganas de llorar. A veces no se le da mucha connotación, pero pasan otras cosas: el año pasado llegué a las 1 000 anotadas y fue un silencio; he llegado a 300 dobles, las 1 300 bases por bola, estoy entre los primeros de Cuba y es un silencio. Eso no me afecta, no me gusta hablar de mí, pero te lo tengo que decir; son emociones que uno vive y aunque sean fríos, los números son números.
Eso, lo de no darse cuenta de lo que haces, explica que algunos piensen que los Gallos han perdido ofensiva, aun con Cepeda dentro.
No es eso; para nadie es un secreto que Sancti Spíritus perdió tres buenos peloteros, que Yulieski Gourriel era el cuarto bate, podía ser tercero, quinto, daba 15 o 16 jonrones; en tres temporadas sucesivas dio 20, robó más de 20 bases en una campaña, en tercera, ¡por Dios!, para mí, es el pelotero más completo de Cuba y su ausencia resulta un bajón grande, pero nuestro equipo sigue siendo ofensivo, aunque hay muchos muchachos nuevos.
Lo que pasó pasó, no podemos cambiar la historia. Yo sigo siendo ofensivo, el ser cuarto, tercero, quinto…, no interesa el orden, la presión externa siempre existe, pero no pienso en eso.
¿Y lo de ahora es una merma o un slump?
Debe ser un slump, como pasa en todos los equipos, pero vamos a salir de esto.
¿Te interesa dar jonrones en otras ligas, la mexicana, por ejemplo?
Primero, mi aspiración es seguir jugando béisbol por Sancti Spíritus muchos años. Me gustaría mantenerme en el equipo Cuba, pero si me dan la posibilidad de jugar en otra liga, ¿por qué no? Me gustaría probarme, aunque ya haya pasado la etapa de los 20. Me siento como un novato, con posibilidades para enfrentar cualquier liga, todo dentro del movimiento deportivo cubano, dentro de la Revolución, de lo que los directivos del INDER y de la nación permitan para que el pelotero cubano se desarrolle. Pero te reitero: lo primero es seguir jugando béisbol aquí. El “Huelga” es como mi casa; Sancti Spíritus, mi patria pequeña.
A pesar de no tener nada que ver con Santi Spiritud, pues soy de la Atenas de Cuba y estoy de acuerdo con muchos otros, eres el mejor de Cuba, y lo has demostrado en toda tu carrera como pelotero, espero que cuando se siga escribiendo la historia del beisbol en Cuba tu tengas tu pagina, suerte para ti…………
Un fuerte abrazo y ánimo a los Gallos espirituanos ya que convencido estoy que van a subir la parada y su tren de juego. Cepeda es una gloria del beisbol cubano. Me recuerdo que cuando aún no había hecho el Cuba alguien me dijo: Ese muchacho tiene todo lo de un consagrado y le va a dar mucha alegrías al beisbol cubano. Así ha sido , es y seguirá siendo.