En este poblado del municipio de Yaguajay se desarrolló la IX Bienal Identidad, un homenaje a la poetisa, compositora y artista de la plástica Ada Elba Pérez.
El abrazo ya se prolonga hacia el infinito. Ada Elba y Jarahueca, ese pueblito olvidado de la geografía espirituana que la vio llegar en 1961, y jamás la dejará partir. La muchacha se quedó aquí simplemente, con un jolongo de poesías, libros, actuaciones, artesanías que se multiplican de casa en casa, como su propia imagen delgada y jovial.
Acaba de cerrar la novena edición de la Bienal Identidad, sin mucha alharaca y hasta con algunos desentendimientos. Pero Jarahueca no se permite el olvido y durante los últimos tres días volvió a abrir sus puertas a unos 50 visitantes de la capital y de otros territorios, fundamentalmente creadores atados a la vida y obra de esta fecunda muchacha.
Como ya resulta tradición, los huéspedes se alojaron en las casas de los lugareños y juntos emprendieron una cruzada cultural con poetas, repentistas, trovadores, artesanos, instructores de arte, niños y vecinos de aquí, de otros pueblos del municipio y de la ciudad espirituana.
Ada Elba Pérez (1961-1992), quien desarrolló una fecunda obra como poetisa, pintora, escultora, compositora y maestra volvió a convertirse en el eje fundamental del evento, que en esta ocasión compartió la sede con la Casa de la Poesía de la Oficina del Historiador de La Habana.
Martha Julia Hernández, directora de la Casa de Cultura de Jarahueca —institución que rige aquí los destinos de este encuentro—, detalló que en la cita participó la mayoría de la comunidad y de otros pueblos del municipio, quienes compartieron la presentación de diferentes manifestaciones artísticas con los invitados.
Particularmente emotiva resultó la presentación de uno de los talleres de la compañía habanera La Colmenita, quienes junto con sus homólogos de Jarahueca animaron esta festividad, que ya ha dejado un saldo tangible con la obra de la propia Colmenita de Jarahueca y el taller Emparchando sueños, sin mencionar esa otra estela intangible de afectos y entregas, de artes y sueños.
Uno de los platos fuertes de esta bienal lo constituyó la celebración en la escuela primaria Mariana Grajales de la sesión de los talleres que impartieron personalidades invitadas y del municipio sobre temáticas tan diversas como el parche, la composición en la fotografía, el aeromodelismo para construir aviones en miniatura, repentismo, promoción del libro y la lectura, elaboración de objetos con huesos y astas, así como tejidos con fibra y guaniquí.
El homenaje a la joven intelectual cubana sumó además la presentación del proyecto espirituano Toda luz y toda mía, de la poetisa y editora Merari Mangly, la lectura de décimas, actuación de repentistas y trovadores, presentación de la Parranda 17 de Mayo, de Iguará, de los poetas de Mayajigua, exposiciones y ventas de libros y objetos de artesanía.
La jornada final incluyó la premiación de la XVII edición del concurso de literatura y artes plásticas Ada Elba Pérez, la premier de dos documentales realizados por la televisión cubana sobre la vida y obra de esta creadora, y la tácita certeza de la prolongación de un abrazo que proscribe el olvido.
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