La III cumbre del Foro de Cooperación África-América del Sur (ASA) mostró intereses comunes de sus gobernantes en estrechar más la alianza en el sentido estratégico.
Este encuentro fue inaugurado el 20 de febrero en Malabo, capital de Guinea Ecuatorial, con el foro de Altos Funcionarios, después sesionó a nivel de cancilleres y el concluyó dos días después con el encuentro de los dignatarios.
El Palacio de Conferencias de Sipopo sirvió de sede a la cita a la cual concurrieron representantes de 63 estados que integran el bloque, 54 del continente africano, miembros de la Unión Africana, y 12 del Cono Sur, en representación de la Unión de Naciones Suramericanas.
La reunión tuvo como eje central profundizar la cooperación Sur-Sur, de ahí que se aprobaron 27 proyectos en diferentes sectores y la declaración final recogió cómo dar una estructura más sólida a este mecanismo de integración birregional, surgido a iniciativa de Brasil y Nigeria.
Luego de celebrar dos cumbres, en Abuja, Nigeria, en 2006, y en Isla Margarita, Venezuela, en 2009, se ha avanzado en el diálogo político, pero fuentes diplomáticas coincidieron en la ausencia de concertaciones en programas concretos.
África y Sudamérica, dos regiones con más analogías que diferencias y sometidas por siglos a los intereses de las potencias coloniales, buscaron en Malabo abrir nuevos espacios a la complementariedad.
Entre los temas abordados estuvieron los vinculados a proyectos de transporte, ciencia, turismo, tecnología, minería y seguridad.
Como parte de la III cumbre de la ASA se desarrollaron diferentes foros culturales y económicos para promover el intercambio entre las dos regiones con el objetivo de materializar el tema central de este cónclave: el fortalecimiento de la cooperación Sur-Sur.
POR UNA MAYOR INTEGRACIûN
El llamado a la necesaria y vital unidad entre los pueblos africanos y sudamericanos prevaleció en el encuentro.
El presidente de Guinea Ecuatorial y anfitrión, Teodoro Obiang Nguema, valoró en su intervención el rol que está llamado a desempeñar en América Latina y en el mundo la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), al proponer estudiar la posibilidad de que este foro se incorpore al ASA.
Consideró que la ausencia de los estados centroamericanos y caribeños a estas citas «no se justifica ni por razón política ni económica» y propuso que la reunión analizara la apertura a todos los países de esa región americana.
Apuntó que «la historia de nuestros continentes, largamente explotados por otros países, nos impulsan a tomar iniciativas de cooperación Sur-Sur que nos permitan emerger con libertad, independencia y coexistencia en este mundo globalizado de confrontación de intereses».
Evo Morales, presidente de Bolivia, exhortó a la unidad de los pueblos africanos y suramericanos, y destacó las enormes coincidencias entre esas dos regiones del mundo.
«Unidad, por la dignidad de nuestros pueblos, unidad por la igualdad y, sobre todo, para la liberación de nuestros pueblos», subrayó.
Señaló que ha notado en discursos de jefes de Estado de África y Sudamérica ante organismos internacionales una actitud de rebeldía para poner fin a los dominios imperiales.
«Eso nos alienta bastante, porque no estamos solos en nuestra lucha permanente contra los imperios que nos usaron para saquear nuestros recursos naturales y para robar nuestros recursos económicos», remarcó.
El mandatario boliviano subrayó que la unidad de los países contribuirá a la liberación de sus respectivos pueblos en su larga lucha por la definitiva independencia.
Morales mencionó las coincidencias entre Bolivia y Guinea Ecuatorial, dos países, dijo, «saqueados por España».
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, propuso una alianza especial en el sector agropecuario entre su país y los estados africanos.
La propuesta está basada en «una misma raíz social y cultural», al ser Brasil, opinó, una nación con la mayor cantidad de africanos en su formación.
Su ofrecimiento consistió en implementar esa colaboración mediante programas de enseñanza de técnicas agropecuarias y el suministro de tecnologías de punta desarrolladas por el Estado sudamericano y requeridas por los países africanos.
Brasil y África -remarcó- no sólo tenemos una raíz social, cultural e histórica, sino que también hemos formado parte de un mismo gran continente.
En su discurso la gobernante brasileña reiteró la necesidad urgente de reformar a las Naciones Unidas en beneficio de los países de África y Sudamérica.
«Nada justifica que África y América del Sur sigan sin representación permanente en el Consejo de Seguridad», subrayó.
Demandó también una reforma en la manera de gobernar el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional a favor de los países emergentes, así como de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Rousseff señaló que los intereses comerciales y «nuestras asociaciones económicas» requieren de esfuerzos articulados «para la expresión de nuestros intereses en la OMC».
El presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, acentuó por su parte que África y América del Sur tienen inmensas posibilidades a nivel de recursos humanos y naturales, que sitúan a las dos regiones en «posición ventajosa en el contexto de la globalización».
De manera general, los oradores destacaron el crecimiento económico de alcanzado por ambos bloques geográficos, y expresaron sus reservas respecto a que se centra en la exportación de materias primas y no en su industrialización.
Sobre ello coincidieron en estimular los procesos de industrialización de los países africanos y sudamericanos, para poder procesar cuanto antes esos productos básicos en su beneficio.
HUGO CHÁVEZ, INSPIRADOR DE ESTA CITAS
Si bien la convalecencia del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, impidió su asistencia a la III cumbre de la ASA, su mensaje enviado al cónclave alertó los peligros y llamó a fortalecer la integración Sur-Sur mediante un permanente vínculo de trabajo.
El texto, leído por su canciller, Elías Jagua, significó que «somos un mismo pueblo», unido por indivisibles lazos históricos, destinados a marchar juntos hacia la absoluta y plena redención.
Acentuó que los continentes sudamericano y africano disponen de suficientes recursos naturales, políticos e históricos «para salvar al planeta del caos al que ha sido conducido».
Chávez remarcó en la carta su más absoluto rechazo a toda actividad injerencista de la Organización del Atlántico Norte y recordó que la estrategia neocolonial busca dividir a las naciones más vulnerables del mundo y someterlas a una «esclavizadora relación de dependencia».
El jefe de Estado sudamericano rechazó la intervención militar en Libia, que condujo al asesinato del presidente Muamuar Gadafi, y apuntó que ésta y los bombardeos imperiales buscan frenar el proceso de consolidación y unidad de los pueblos africanos.
Y en consecuencia, afirmó, tienen por objetivo minar el avance de la integración de ese continente con los pueblos latinoamericanos y caribeños.
Refirió que no es ventura ni azar, «lo digo con absoluta responsabilidad, que desde la Cumbre en Margarita el continente africano haya sido víctima de múltiples intervenciones y ataques por parte de las potencias de Occidente».
En ese sentido, lamentó que desde el 2006 la ASA interrumpiera su trabajo «por las fuerzas imperiales que pretenden aún dominar el mundo».
El presidente venezolano, «quien hizo mucho para que este organismo se ponga en funcionamiento», al decir de su par Obiang Nguema, abogó por la definitiva unidad e independencia de los pueblos sudamericanos y africanos.
Mucho falta por hacer para alcanzar los propósitos de los reunidos en Malabo, mas existió conciencia entre los asistentes de que el hermanamiento y los acuerdo comunes son fundamentales.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.