Ante respuesta de Víctor Mesa, ¿dónde está la Comisión Nacional?

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En el béisbol ninguna verdad es absoluta. Mas ¿dónde, si no en una rueda de prensa, formular aquellas interrogantes que los periodistas consideren pertinentes aun cuando no coincidan con la visión de los directores?

Tantas voces no pueden estar equivocadas. La “explosión” en foros digitales y callejeros de todo el país y fuera de él confirma que la respuesta, si es que lo fue, de Víctor Mesa a un colega de la narración deportiva espirituana en días pasados, tiene más de una lectura.

No debió extrañar, sin embargo. Este no fue más que otro deslíz, el último, del manager matancero. Esa historia no comenzó cuando Víctor ni siquiera dejó que el narrador formulara su pregunta sobre el cambio del pitcher Felix Fuentes en el último desafío Sancti Spíritus Matanzas.

Más bien terminó ¿o debiera decir siguió? Cuando Víctor graznara groseramente: “Haz preguntas que valgan la pena, no preguntas falsas de esas a esta hora”

Parece un “leiv motiv” dramático. Si bien este acto es reprochable y repudiable, sobre todo por el tono y la postura indecente e irrespetuosa, otros resultan sancionables como el protagonizado en el Latinoamericano en el partido inaugural de esta Serie en el incidente del lanzador Yasiel Lazo cuando este propio manager se burló, de gesto y palabra, de un árbitro, de las disposiciones de la Comisión Nacional, del público presente y hasta de quienes pretendieron disfrutar el juego por la tele.

Por lo que representa en su condición de gloria deportiva de este país, por lo que implica el béisbol como carta credencial de Cuba, la actitud de Víctor erosiona no solo esos pilares. Lacera aun más, la autoridad y credibilidad de la Comisión Nacional de este deporte

Cuando al inicio de la Serie desde la autenticidad que supone un espacio como la Mesa Redonda los máximos directivos del béisbol adelantaban un supuesto mayor rigor sobre las indisciplinas, albergaba esperanzas de que esta vez sería diferente.

Actitudes como las descritas solo ocurren por el velo de impunidad y licencia de la Comisión Nacional y los máximos directivos del deporte en el país. Concuerdo con el rigor con que se sancionan a los jugadores cuado incurren en determinada indisciplina, pero la ley entra por casa.

Mucho más ahora que Víctor es por cuatro años director de nuestro equipo nacional ¿O acaso es esta una patente de corso para hacer y deshacer? ¿Cómo exigir disciplina? ¿Qué valores y patrones estamos formando?

No abogo porque se le incinere en silla eléctrica a quien le reconozco su aporte al béisbol, sus dotes de estratega y su irrepetible manera de jugar que lo convirtió en un ídolo de toda la nación. Pero la Comisión se hace muy poco favor, le hace un daño incalculable al director, de quien se conocen otras indisciplinas graves, cuando ni siquiera aparece una disculpa pública o como cuando en el caso del Latino, se aplicó apenas una medida cosmética, endeble, ante una falta grave que amenazó hasta con el retiro del equipo matancero del terreno. La suspensión por apenas un juego es la misma que se impone a un director cuando por ejemplo utiliza un jugador impropio o discute en demasía con un árbitro. ¿Qué vendrá después? Nadie lo sabe y todos lo imaginan.

En el béisbol ninguna verdad es absoluta, ni la de la prensa, ni la de managers ni la de especialistas. Mas ¿Dónde si no en una rueda de prensa formular aquellas interrogantes que los periodistas consideren pertinentes aun cuando no coincidan con la visión de los directores? Las preguntas no son falsas o verdaderas. Son solo eso: preguntas. Las respuestas pueden ser disímiles. Con el silencio, incluso. ¿O es que solo se admiten posiciones e interrogantes que edulcoren los oídos?

Nadie aspira a que tras un juego de los ribetes dramáticos del segundo de este play off entre Matanzas y Sancti Spiritus que concluyó con la derrota aplastante de los primeros, la sonrisa impere, pero hay formas y formas.

Es misión de la prensa indagar lo mismo con un director de equipo de béisbol que con un Ministro, un dirigente o hasta el presidente de un país. La discrepancia, acuñada incluso por el mandatario cubano Raúl Castro, es permisible siempre y cuando se realicen en el lugar y el contexto adecuados y con el debido respeto, como ocurrió en el hecho de marras

Más de una vez el propio Víctor, con toda la razón que le asiste, ha puesto en tela de juicio a la propia Comisión Nacional. Entonces ¿de qué estamos hablando?

Se trata de defender la altura ética de nuestro deporte de la cual son portadores verdaderos PROFESORES como Alcides Sagarra, Eugenio George o Ronaldo Veitía.

El espectáculo de los play offf como el de la pelota en general la definen los jugadores con su encarnizada porfía en un terreno y el público como protagonista y animador.

Ojalá esos escenarios sigan generando las verdaderas noticias.