Se insisten en tres medidas básicas: tratamiento del agua, que debe estar clorada o hervida; y el cuidado en la elaboración, conservación y tiempo de consumo de los alimentos.
Podemos enfrentar y revertir la situación que enfrenta el país con el cólera, pero todos -cada uno de los ciudadanos-, tienen una parte de responsabilidad en ello, aseguró el doctor Manuel Santín Peña, director nacional de epidemiología del Ministerio de Salud Pública, en el espacio televisivo Mesa Redonda de este jueves.
Inscrito en el tema La salud pública cubana: desafíos y resultados, el doctor Santín hizo un recuento de los antecedentes a la aparición de esta enfermedad en la Isla. Recordó que en 1998 el cólera se recrudeció en varios países y dos años después llegó a la zona del Caribe. Desde entonces, dijo, Cuba comenzó a prepararse.
El pasado año, dio inicio el brote por Manzanillo, y luego se extendió a varias provincias. Las afectaciones del el huracán Sandy, con inundaciones y dificultades para el sistema de potabilización del agua, complejizaron de modo particular el panorama, comentó.
Durante su intervención, ilustrada con tablas y gráficos, el directivo subrayó el peligro potencial que entrañan los pacientes asintomáticos, y abundó en las formas de contagio de la enfermedad por el ciclo ano-mano-boca
Con el fin de acentuar la percepción de riesgo, informó sobre el tiempo de sobrevivencia del Vibrio cholerae en agua y alimentos, apuntando que en los alimentos cocinados ese microorganismo puede permanecer vivo de 3 a 5 días; en las hortalizas frescas, de 7 a 10, y en el pescado y los mariscos frescos, de 7 a 14 días. De ahí que sea muy importante mantener la higiene de las manos al manipular esos y otros productos destinados al consumo humano.
Asimismo, insistió en cómo clorar el agua mediante la solución de hipoclorito, disponible en toda la red de farmacias: tres gotas por litro, y esperar 30 minutos antes de beberla.
La capital
Interrogado por Randy Alonso, conductor y director del programa, acerca de cómo se comporta el brote en La Habana, precisó que pudieron establecerse bien las evidencias de su comienzo. De los datos más recientes, dio a conocer que el miércoles fueron detectados 3 casos sospechosos, hay 28 personas ingresadas en seguimiento, y fue reportado un paciente grave en el IPK, pero sin peligro para su vida, aclaró.
El director de nacional de epidemiología explicó sobre las enérgicas medidas que son tomadas a partir de la primera sospecha. Entre dichas acciones se incluye la investigación de los contactos que tuvo el paciente con otras personas, alimentos, etc.; hasta cinco días atrás, porque ese es el período de incubación de la bacteria.
Se trata, precisó, de un despliegue de acciones preventivas y de búsqueda activa para cortar la transmisión. Abarcan la intervención educativa para demostrar el uso del hipoclorito y comprobar que todo el mundo lo emplee; además se actúa sobre servicios sanitarios, útiles de cocina y alimentos con los que haya podido entrar en contacto el posible infectado.
En cuanto a la forma en que participan en la prevención el resto de las instituciones, en particular aquellas que brindan servicios públicos, aseguró que “eso no es parejo todavía. Estamos en ese sentido redoblando las acciones de exigencia sanitaria”.
Dio a conocer que durante los últimos tres días han sido inspeccionadas en la capital un total de mil 617 instituciones, entre estatales y privadas, sin diferenciación en la exigencia con unas y otras. Precisó que en el caso del expendio de alimentos se ha tenido una brecha importante y por eso hay que controlar dicha actividad, velando en especial por la manipulación.
Tenemos que exigir porque cada cual cumpla con responsabilidad las medidas higiénicas, sentenció; e instó a la población a también exigir porque los alimentos en venta sean seguros para el consumo desde el punto de vista higiénico.
“Esta no es una batalla por cerrar establecimientos –aclaró-; pero hay que actuar con severidad. Tenemos que ser todavía más severos en esta dirección, sin excesos, para tener mejores resultados en el enfrentamiento”.
Tres medidas esenciales
El especialista reiteró las tres medidas básicas que permiten prevenir el contagio: lavado de manos -porque estas son el vehículo principal de transmisión-, tratamiento del agua, que debe estar suficientemente clorada o hervida; y el cuidado en la elaboración, conservación y tiempo de consumo de los alimentos desde que fueron preparados.
El doctor Santín refirió que los brotes de cólera a partir de alimentos contaminados se dan con frecuencia en muchos países, incluyendo los del llamado primer mundo. “Nadie está libre de riesgos si no toma las medidas de prevención”, enfatizó.
(Tomado de Cubasí)
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.