Directivos del Gobierno en Trinidad constataron in situ la terminación de varios locales en los museos Romántico y en el Nacional de Lucha contra Bandidos.
Aún cuando las labores son complejas y se acorta el tiempo de ejecución, el Museo Romántico en el corazón del centro histórico de Trinidad recobra sus aires de mansión señorial para ser apreciados durante los festejos fundacionales por el medio milenio de la ciudad.
Así lo constató Ramón Naranjo, presidente del Gobierno en el sureño municipio de Trinidad, al valorar in situ la terminación de varios locales en el emblemático inmueble construido en 1740 y que demanda en su remodelación cuantiosos recursos, sobre todo la madera para la reposición de la cubierta, así como mucha destreza y sensibilidad en el rescate de sus pinturas murales.
En el Museo Nacional de la Lucha contra Bandidos las acciones constructivas se concentran en la Sala Polivalente, escenario que acogerá entre el 9 y el 11 de enero próximo el vigésimo quinto Coloquio de la Cultura trinitaria dedicado a los 500 años de la tercera villa cubana.
En tanto, la Casa Malibrán, sede del Centro de Documentación del Patrimonio, recibe los toques finales de un trabajo de restauración financiado por la Oficina del Conservador de la Ciudad para recuperar la segunda planta de un edificio de gran significación patrimonial y que atesora rarezas arquitectónicas como los techos de forma octogonal.
Y en esta travesía de seguimiento a las mejoras en el centro histórico de la villa, con escala en las calles Vicente Zuyama, Gloria y Rosario, tampoco faltó el llamado al orden y la disciplina, a partir de imágenes que contrastan con este noble empeño y que recrean carretones, vehículos y hasta caballos en arterias citadinas frecuentadas por visitantes y desafiando las más elementales normas de urbanidad.
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