Esta agrupación artística continúa fiel al propósito de mantener a salvo la tradición heredada de los cabildos africanos del territorio.
Amador Ramírez González no podía prever aquel 14 de febrero de 1963 que su iniciativa de fundar el Ballet Folclórico de Trinidad se inscribiría en la historia como uno de los más grandes aportes al rescate del patrimonio inmaterial de la tercera villa.
A medio siglo del acontecimiento, la agrupación artística continúa fiel al propósito de mantener a salvo la tradición heredada de los cabildos africanos del territorio.
Por eso este jueves los tambores sonaron diferente en el Palenque de los Congos Reales, sede principal del conjunto danzario. Los bailes y cantos de alabanza a los dioses traídos de África rindieron homenaje a quienes durante 50 años han dedicado esfuerzos para mantener el proyecto a flote.
Según declaró a Escambray Leovigildo Jiménez, director general del Ballet, el resto del año pretenden realizar actividades con motivo de la celebración. Entre ellas destacan una gira por distintas provincias del país, previa coordinación con el Consejo Nacional de las Artes Escénicas, así como presentaciones en todos los municipios espirituanos.
Aun cuando tropiezan con inconvenientes como la falta de presupuesto para vestuario o calzado, aparejado a la ausencia de un escenario propicio en la localidad donde el gremio pueda cautivar al público con espectáculos más ambiciosos, el Ballet Folclórico llega a nuestros días con un amplio repertorio que incluye además la preservación de bailes congos, campesinos, populares… encaminados a mantener vivo un capítulo de la historia de Trinidad.
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