La selección de República Dominicana se coronó en la tercera edición del Clásico Mundial de Béisbol al disponer tres carreras por cero de su similar de Puerto Rico, en choque celebrado en la ciudad norteamericana de San Francisco.
En una final entre escuadras del Caribe, los dirigidos por Tony Peña anotaron dos veces en la entrada inicial gracias a un doblete de Edwin Encarnación con dos compañeros en el circuito, y posteriormente hicieron otra raya en la quinta mediante un nuevo tubey, esta vez de Erick Aybar.
Puerto Rico apenas conectó de hit en tres oportunidades, aunque ocasionalmente generó peligro apoyado en los boletos concedidos por los monticulistas adversarios. Pero a la postre siempre salieron airosos los hombres de Quisqueya, que dependieron en el box de Samuel Deduno, Octavio Dotel, Pedro Strop, Santiago Casilla y Fernando Rodney, quien llegó a siete juegos salvados en la justa.
Fue esta la tercera ocasión en que los titulares se impusieron a la tropa boricua, que se había abierto paso hasta la final eliminando a gigantes como Venezuela, Estados Unidos y Japón, monarca en las dos versiones anteriores.
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | R | H | E | |
PUR | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 3 | 0 | |
DOM | 2 | 0 | 0 | 0 | 1 | 0 | 0 | 0 | 3 | 8 | 1 |
G: | S. Deduno (2-0) |
P: | G. Alvarado (1-1) |
SV: | F. Rodney (7) |
Los sistemas de entrenamiento actuales se basan en optimizar aisladamente cada uno de los componentes que integran la estructura del rendimiento del deportistas: elementos coordinativos, condicionales y los tipos de preparación, dígase; física, técnica, táctica, teórica o psicológica. No obstante, el béisbol presentan dos conceptos fundamentales que los diferencian de los individuales; la interacción grupal y la incertidumbre espacial. Tales características determinan que las adaptaciones técnico-coordiantivas que los jugadores realizan durante la ejecución de sus acciones motrices en el juego se reducen a respuestas espacio-temporales diversas e impredecibles que precisan de la interacción coordinada de todos los componentes anteriores.
Desde esta perspectiva, es preciso construir una forma de entrenamiento que, consciente de las complejas interrelaciones entre los elementos que configuran la organización interna del deportista, permita la estimulación diferenciada en cada premisa de rendimiento del deportista, pero siempre en relación con el nivel conseguido en todos los demás, dígase situaciones de juego, tareas motrices simuladas, juegos competitivos, entre otros, todo esto dirigido a optimizar la estructura funcional del deportista en condiciones de aprendizaje motriz que permitan establecer relaciones significativas entre las soluciones del entrenamiento y las situaciones de competición.
Todo esto se hacia por los entrenadores que nos antecedieron, que estará pasando ahora?, lo dejo a su consideración,