Aunque el Clásico sigue su curso, para Cuba, lamentablemente, ya es historia.
Dolería más si no se hubiese hecho costumbre. Cuba volvió a esquivar el camino del oro o el de las medallas. Solo que esta vez queda un hálito de cierta desesperanza por ser el evento más encumbrado a nivel mundial, el único por demás.
Ciertos números han conminado al triunfalismo a más de uno en esta isla. También el derroche de combatividad de los peloteros. Desde esta esquina las cosas se ven diferentes, tal vez por observar el suceso extrafronteras o por escribir a destiempo.
Aunque sigue su curso, el Clásico para nosotros ya es historia, lamentablemente. Poco importa regodearse en nuestra ofensiva feroz, por cierto -admitámoslo-, ante rivales del trasfondo beisbolero mundial como China y otros que ya no componen la “meca” como Taipei. De modo que no fueron tan connotadas nuestras cuatro victorias, incluida la de Japón en un partido de puro trámite.
Tampoco se explica que ya estemos en casa con un pitcheo que rondó las dos carreras limpias permitidas.
No podemos evaluar un Clásico con Holanda y otro sin ella. Esta es nuestra pesadilla de turno, como lo han sido Japón, Estados Unidos, Corea… Pero lo de los tulipanes se pasa de castaño oscuro, al ganarnos cinco de los últimos seis partidos.
Ya sea por los tan llevados y traídos deslices defensivos y mentales de Yulieski, en un partido donde lideró la ofensiva, ya por los tiros erráticos de Frank Camilo, por la inoportunidad del bateo de varios en momentos claves o la inefectividad del pitcheo o los toque mal concebidos…, por x o por y, Cuba mostró otra vez no estar a la altura de un béisbol que necesita de algo más que de grandes batazos.
Esta fue una derrota más, cerrada como la del Mundial de Panamá en un juego tan peleado como aquel, pero derrota al fin. Este equipo ¿o le tomó la medida a Cuba o le perdió el respeto? Nuestra selección se midió con un Holanda “desaguisado” sin su tercer y quinto hombres regulares, su cuarto bate a medias y sin sus lanzadores de puntería. Así y todo le presentó batalla y derrotó a un Cuba que conoce de memoria por las tantas veces que le ha ganado, mientras este no ha aprendido a desentrañar sus fisuras. Fisuras que debe tener y por donde se coló Japón para anotarle 26 veces, mientras nosotros solo pudimos hacerlo en ocho.
En el terreno quedó un elenco que ha mostrado más de una vez no saber jugar bajo presión y que hace rato no gana el juego clave. Cuba precisa reencontrarse con sus fundamentos y rescatar sus fortalezas, sobre todo esa sangre fría para momentos calientes. Válido para peloteros y directivos, lograr mayor concentración y combatir la ansiedad en medio de las tensiones. No creo descabellada la designación de Vladimir García, un abridor nato, pero este no supo defender la bola que pidió, ni creo que haya sido, como se ha calificado, el juego de su vida para Norberto González, un hombre con carretera suficiente como para no poder preservar una ventaja a falta de cuatro outs.
Hace rato se extraña ese lanzador del temple de Huelga, Vinent o Vera, a quienes bastaba una carrera o dos para decidir por sí mismos. ¿Cuál es la salud de nuestro pitcheo si en un evento de este tamaño el mejor lanzador es un Dany Betancourt, de los más longevos y de brazo recuperado, o se tiene que depender de dos debutantes para sacar los últimos outs de un juego crucial?
No creo que haya que ensalzar con vítores al conjunto. No me anima ningún chovinismo patriotero al considerar que a Cuba le era accesible este, el menos Clásico de los tres, inferior, incluso, al primero, donde llegamos de intrusos entre portentos de las Ligas Mayores y sorprendimos con un subtítulo. ¡Y que no me vengan con que los equipos fueron mal preparados o no se jugó con pasión por la camiseta!
En esta ocasión muchos encumbrados declinaron ante la suculencia de sus contratos. Venezuela, que ya está en casa, lo sabe, al margen de que sus estrellas no brillaron a la altura de sus números, para no hablar de Japón, que no es ni el asomo de aquel trabuco de los Ishiro y Matsusaka, aunque es justo decir que los asiáticos siguen siendo fieles a su casta, algo de lo que carecemos.
He seguido como casi todos, las versiones del “Cuba” y no considero que exista diferencia abismal en la combatividad y entrega en esta versión, aun cuando le reconozca un mayor dinamismo. La preparación fue como pocas veces profunda, traducida en bateadores desbordados al punto de que ocho superaron los 300 de average y dos, los 400, entre ellos Frederich Cepeda, confirmado como el mejor exponente del patio en esos eventos (474), aunque no fue el mismo en el partido final.
De los nuevos rostros descollaron José Miguel Fernández (524) y Yasmany Tomás. Vimos una legión de jugadores que volvió a enseñar que ni los empeños empedernidos de Víctor por el juego chiquito pueden suplantar algo que va en la mismísima sangre del béisbol cubano, con una mezcla de poderío y explosión latina. Una legión que dejó por sentado que en la alineación mentalizada por años en la búsqueda del batazo salvador no cabe la improvisación. A pesar de que sostengo que el toque es válido en determinadas situaciones, reconozco que no fructifican en días, ni siquiera en meses, tácticas divorciadas del abc de nuestras series, y mucho menos con quienes ocupan turnos de responsabilidad impulsadora.
Y en ello, Víctor fue testarudo, como también en mantener en la proa de la alineación a toda costa a Guillermo Heredia, incluso en el juego decisivo, bateando apenas algo más de 160, cuando tiene en el banco a un bateador probado como Alexei Bell.
Cuba asistió con lo mejor que tenía para escoger, salvo alguna que otra exclusión, como en la receptoría, que a la postre, se echó de menos. Ello refuerza lo dicho hasta el cansancio: hemos bajado nuestro nivel, que al menos hoy es inferior hasta el de Holanda, una verdad que no se asume por los entendidos, con todas sus letras.
Recuperar el trecho perdido llevará algo más que una estructura que, lejos de sumar, reste juegos y, entre otros parches, fuerce la elección de cinco refuerzos cuando debieron ser tres o menos. Seamos serios. Muchas peticiones se hicieron más para completar la cifra exigida que para premiar la calidad de este o aquel pelotero. Ello para no hablar del llamado torneo de segunda división, un remiendo que aún carece de objetivos y motivaciones.
Habrá que mirar a la génesis, que es como decir la base, y enderezar todas las torceduras a las que nos hemos referido en este semanario y también al futuro que sigue indicando la necesaria inserción en un béisbol superior. Quien lo dude gire sus ojos hacia este Italia del Clásico. Nada indica que vayamos a variar si consideramos que no accedimos ni a la Serie del Caribe.
Querrámoslo o no, habrá que cambiar, como nuestros peloteros, la mentalidad, si pretendemos comenzar a tejer el próximo sueño que deberá dormir primero cuatro largos años.
Muy de acuerdo con el comentario de Elsa ,una de las injusticias mas grandes que se cometieron es a ver dejado fuera de ese equipo a Ariel Pestano nuestro mejor receptor por mucho no solo en el aspecto defensivo sino en el pensamiento a la hora de guiar los lanzadores y que ademas ha demostrado en eventos internacionales lo oportuno que es ,que junto a Eriel o Yulexis La Rosa y Frank camilo hubiese sido el trio en la receptoria,se como se debe sentir yulieski cuando la mayoria de los aficionados han arremetido contra el culpandolo de la derrota ,pero debe levantarse y demostrar en esta segunda etapa lo grande que es
Extraordinario comentario de ELSA RAMOS casi no dejo cabo suelto alguno en la ultima derrota lo que sucede es que en CUBA los que rigen la pelota en sus afanes de superar las conocidas o desconocidas dificultades o problemas de forma integrar que esta atravesando el beisbol cubano si no tienen disposiciones con respecto a la sensatez y la cordura los nuevos experimentos pueden ser peor el remedio que la enfermedad por lo cual lo que mal se hereda no se roba digo esto porque la prioridad debe ser desterrar el secretismo pues mas tarde o mas temprano las personas comentan con razones o sin razones por lo cual no es necesario llegar a dudas,otro punto negro el misterio al formar un equipo CUBA que da pena ver personas culta preparadas y respetuosas voluntariamente o sin darse cuentas se presta hacer el negativo papel de CHARLATAN lo digo sin el lucro de ofender a nadie porque el respeto es una virtud ahora si aclaro que no hay peor ciego que el que no quiera ver. Lazaro izquierdo
De acuerdo con casi todo, pero Frank Camilo no tiro mal, Yuliesky estaba dormido o pensando en no se que. A lo mejor en la habana, o si juega con industriales el año que viene pero estaba en cualquier cosa menos en el juego de pelota
buenas noticias , me alegro que lourdes guorriel este recuperado, se decia muy enfermo en sancti spiritus pero muy animoso en japon ,aun quiere mudarse para la habana para estar cerca del medico
ERES GENIAL ELSA , POR ESO TE ADMIRO TANTO.
felicitaciones Elsa por este profundo analisis demuestra que eres una verdadera conocedora de la pasion cubana estoy de acuerdo contigo que hay que cambiar quieran o no e insertar alos peloteros cubanos en series profesionales si queremos algun dia saborear los laureles del triunfo a ese nivel, gracias
No solo hay que cambiar la mentalidad y tacticas de juego y no voy a inventar nada nuevo hasta Raul ha dicho que una persona no debe permanecer en el cargo por mucho tiempo.Se habla de buscar los mejores exponentes,de acuerdo,de poner la mejor direccion al equipo,de acuerdo,cuando se cambiara a la direccion de la comision nacional de beisbol que parecen enquilosados en los cargos y parece que su pensamiento sobre el beisbol se quedo en decadas pasadas?