Bolivia y Ecuador valorarán la salida del Sistema Interamericano de Derechos Humanos si no cambia su sede y formas de financiamiento, anunció este jueves el presidente ecuatoriano, Rafael Correa.
En conferencia de prensa conjunta en Cochabamba, Bolivia, Correa afirmó que durante las conversaciones con su homólogo boliviano, Evo Morales, analizaron la posible salida de la organización con sede en Estados Unidos.
«Hemos decidido que si no hay cambios en la sede, en el financiamiento, en la igualdad en las relatorías, si es que no hay cambios, reflexionaremos sobre nuestra continuidad en ese Sistema Iberoamericano de Derechos Humanos», dijo. Correa consideró que los pueblos latinoamericanos viven una nueva era, por lo que rechazó cualquier tipo de abuso de las grandes potencias.
«Los pueblos latinoamericanos vivimos una nueva era y no toleraremos abusos de ningún tipo, porque juntos somos más fuertes que cualquier potencia», sostuvo.
Explicó que en las conversaciones con Morales, compartió sus experiencias en un plan para el retorno de los emigrantes, así como asuntos de conectividad aérea, fortalecimiento de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la influencia de los «nuevos imperialismos» reflejados en instituciones internacionales.
Llamó, además, a eliminar la pobreza en los dos pueblos, principalmente en las comunidades originarias y rechazó las tendencias de considerar la miseria como parte de la cultura.
Correa volvió a Bolivia tres meses después de asistir a una reunión tras el bloqueo aéreo sufrido por Morales en Europa.
El jefe de Estado boliviano visitó a su par ecuatoriano el 23 de julio pasado en Quito, con el objetivo de firmar una serie de acuerdos bilaterales y analizar el funcionamiento de los mecanismos de integración.
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