El ministro brasileño de Comunicaciones, Paulo Bernardo, afirmó este miércoles que su Gobierno está insatisfecho con las explicaciones dadas por el secretario estadounidense de Estado, John Kerry, sobre la actividad de espionaje a ciudadanos.
«No nos satisfacen las informaciones, las explicaciones que nos entregaron; iremos a algún foro internacional, probablemente a alguna instancia de la ONU; porque, sobre todo, consideramos que es un problema mundial», resaltó Bernardo en una audiencia pública en la Cámara de Diputados.
Puntualizó que este espionaje no es solo contra el terrorismo, sino que incluye cuestiones de espionaje industrial, comercial y diplomático, y se trata de un problema mundial que extrapola las discusiones bilaterales entre Brasil y Estados Unidos.
El titular subrayó que el país aceptó la invitación hecha por el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, de enviar una comisión técnica a Washington, y el Ejecutivo evalúa mandar una misión más política, posiblemente encabezada por un ministro.
En su opinión, no están hablando solo de metadatos, sino de espionaje, de intromisión, aseveró.
Los pronunciamientos del funcionario ocurren un día después de la visita a esta capital del jefe de la diplomacia norteamericana, quien se reunió con la presidenta del país, Dilma Rousseff, y el canciller Antonio Patriota.
«Mi percepción es que la presidenta Dilma debe llevar el asunto ante la ONU», enfatizó al destacar la necesidad de que Brasil cuente con equipamiento de almacenamiento de datos para evitar que las empresas extranjeras puedan otorgarlos a autoridades de otros países.
Vamos a crear una certificación para equipamientos importados que sean vulnerables a posibilidades de espionaje y un marco legal de la Internet, señaló. Las denuncias de espionaje de agencias de inteligencia de Estados Unidos a varios países, incluido a Brasil, evidenciaron el malestar del gobierno federal con Estados Unidos y deslucieron la visita a esta nación de Kerry.
Tras el dialogo privado con el secretario estadounidense de Estado, Patriota pidió a Washington descontinuar las prácticas de espionaje que violan la soberanía y los derechos humanos de los ciudadanos y señaló que tales acciones «nos ponen ante un nuevo desafío» y ante el riesgo de la existencia de una sombra de desconfianza.
De acuerdo con documentos filtrados por el exespía Edward Snowden, Brasil fue uno de los países más vigilados por las agencias de inteligencia norteamericanas.
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