Con esta visita el Papa quiere exhibir una imagen renovadora, alejada de escándalos, y recuperar la pérdida de fieles.
El papa Francisco inició este lunes una visita a esta ciudad, donde participará en la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y buscará exhibir una nueva imagen con miras a recuperar la pérdida de fieles sufrida en los últimos años.
Tras el recibimiento realizado por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, en la base aérea del aeropuerto internacional Galeao/Antonio Carlos Jobim, el Sumo Pontífice abordo un auto con destino a la Catedral Metropolitana de esta urbe.
Pocos después, Francisco subió al papa móvil, sin cristales antibalas, realizó un breve recorrido por el centro de Río, volvió a abordar un auto cerrado y después tomó un helicóptero que lo trasladó al Palacio de Guanabara, donde fue oficialmente recibido por Rousseff, autoridades federales, estaduales y municipales.
Desde su llegada y durante el recorrido por la ciudad, el papa estuvo acompañado de un amplio operativo de seguridad y cientos de guardaespaldas, mientras miles de fieles se concentraron a ambos lados de las calles para darle un grato recibimiento.
En su primera visita a Brasil como Sumo Pontífice, el máximo representante de la Iglesia Católica participará desde mañana en las actividades por la JMJ que concluirán el domingo con la presencia de unos dos millones de peregrinos.
Según la agenda oficial, el Pontífice viajará el miércoles próximo al santuario de Nuestra Señora de Aparecida, en el vecino estado de Sao Paulo, donde presidirá la Santa Misa, almorzará con obispos y discípulos y en su retorno a Río de Janeiro visitará el hospital de San Francisco de Asís de la Providencia.
Francisco recibirá el jueves próximo las llaves de esta urbe y bendecirá las banderas olímpicas en el Palacio de la Ciudad y recorrerá la favela del Complejo de Manguinhos, una de las zonas más pobres de Rio de Janeiro.
Posteriormente, en la playa Copacabana se celebrará una fiesta con los asistentes a esta Jornada Mundial de la Juventud católica.
El papa confesará el viernes a cinco jóvenes en el parque de la Quinta de Boa Vista, se reunirá con reclusos en el palacio arzobispal de San Joaquín, rezará el ángelus en horas del mediodía y en la noche participará en Vía Crucis en Copacabana.
Un día después se celebrará la Santa Misa con los obispos, sacerdotes, religiosos y seminaristas en la catedral de San Sebastián de Río de Janeiro y en la noche habrá una vigilia de oración en el Campus de Fe de Guaratiba.
El Sumo Pontífice presidirá el domingo la Santa Misa en dicho campo y sostendrá un encuentro con el Consejo Episcopal Latinoamericano en el Centro de Estudios de Sumaré, antes de concluir su visita y retornar a Roma.
Encuestas revelan que los católicos perdieron espacios en comunidades y zonas rurales de Brasil, y del 64 por ciento de fieles que había en 2007 hoy esa cifra alcanza el 57 por ciento.
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