El brote de cólera en la capital cubana sobre el cual se informó en días recientes está prácticamente cerrado, dijeron autoridades en entrevista concedida al periódico Granma.
Manuel Santín, director Nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, y Mariano Bonet, director del Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología aseguraron que, no obstante, se mantendrá activado el sistema de vigilancia.
Asimismo, se continuará con el seguimiento de las medidas de sostenibilidad para disminuir vulnerabilidades y condiciones de riesgo, agregaron los funcionarios durante el diálogo con el rotativo.
Refirieron que el sistema de salud cuenta con la infraestructura, los recursos y medios necesarios para el tratamiento y prevención de la enfermedad y evitar así su extensión.
Los médicos y enfermeras de familia, junto a equipos técnicos en las áreas de salud, actúan de manera inmediata ante la aparición de casos sospechosos, señalaron.
Además, realizan la pesquisa activa de la población en la búsqueda de enfermos con diarrea, y desarrollan acciones de control higiénico-epidemiológicas y de educación.
También se efectúa el seguimiento diario en zonas con riesgos medioambientales no solo para el cólera, sino para otras enfermedades.
La publicación recordó que en Cuba, a partir de junio del año pasado, se enfrentaron algunos brotes, que «han sido rápidamente controlados por la vigilancia permanente y la capacidad de respuesta» del sistema nacional de salud.
El 15 de enero último, el ministerio de Salud Pública informó que la transmisión del brote de cólera detectado en la capital se encontraba en fase de extinción.
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