Incentivan educación ambiental en lomerío espirituano en busca de hábitos responsables entre los serranos.
Habitantes de las comunidades de Gavilanes y Santa Rosa, en el lomerío fomentense, desarrollan un trabajo comunitario integrado entre niños, jóvenes y adultos para fomentar el cuidado y conservación del medio ambiente y, en particular, del camarón de río, una especie en peligro de extinción.
Durante cuatro años se realiza allí el festival Mi amigo el camarón, dirigido a incentivar la educación ambiental entre los vecinos de estos parajes, así como frenar y, posteriormente, erradicar las formas ilícitas de captura del crustáceo que habita, de manera natural, en arroyos bajos de la zona.
Sobre el particular trabaja el Centro de Intercambio y Referencia de Iniciativas Comunitarias (CIERIC), definido como una pequeña organización cubana de carácter asociativo y muy ligada a la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, la cual pretende crear una ciudadanía responsable, teniendo en cuenta el ámbito transformador y movilizador de la cultura.
CIERIC utiliza la realización de distintas manifestaciones artísticas, mediante las cuales las personas expresan sus vivencias, inquietudes y deseos, siempre relacionadas con el tema escogido.
Carlos Itusis León, coordinador del proyecto y actual director del Museo Frente de Las Villas, en esta zona del lomerío fomentense, explicó a Escambray que se escoge Gavilanes por ser allí donde más abunda el camarón de río y por presentar niveles altos de agresiones por parte de habitantes y foráneos que visitan la región.
“Utilizan dos métodos de captura: el tradicional, que se hace con una lámpara de carburo para sacar de las piedras el animal y luego agarrarlo con un jamo; y el inducido, donde emplean productos tóxicos como la sipermetrina y el estelerón, que envenenan la biomasa y causan efectos nocivos hasta 2 kilómetros de distancia del lugar donde se aplica”, refiere Carlos.
Como parte de este proyecto comunitario se realizan acciones de capacitación con los habitantes a través de encuentros sistemáticos, en la sala de video de Gavilanes, declarada sede principal, y donde existen medios audiovisuales adquiridos para estos fines.
Un donativo de la Agencia Italiana CIP, valorado en más de 69 000 euros y otro tanto en moneda nacional, sirvió para la compra de equipos como televisor, DVD y un número significativo de discos con documentales didácticos que han tenido muy buena acogida entre la población, pues hasta el momento se logra disminuir el número de acciones negativas contra la especie y se gana en cultura ambientalista.
Aclara el coordinador del proyecto que como parte de este financiamiento se pudo adquirir, además, un set de música tradicional con piano, guitarra, tumbadora, bongoes y equipo de audio, entre otros recursos, y se aprobó una plaza de educador ambiental que se subordina a la Empresa para la Protección de la Flora y la Fauna, de Fomento.
Sancti Spíritus cuenta con otras comunidades asociadas al CIERIC que desarrollan programas similares de cara al cuidado y protección del medio ambiente, a través de concursos de artes plásticas, literatura y pintura.
Entre las pioneras de este proyecto en la provincia figuran Reserva Ecológica Alturas de Banao, con su desarrollo sostenible desde la perspectiva sociocultural, la Comunidad 23 y La Ceiba en Trinidad, escogidas para la protección de las cotorras, y la circunscripción No. 83 del Consejo Popular de Banao, en el municipio de Sancti Spíritus, estrechamente vinculada al cultivo de la cebolla.
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