La inminente terminación del período húmedo obliga al territorio a completar en octubre el programa de primavera.
Pese a que Sancti Spíritus rebasa en unas 500 hectáreas (ha) la plantación del pasado año, al programa de siembra del 2013 le faltaban hasta mediados de semana poco más de 400 ha para arribar a las casi 7 340 comprometidas en el territorio para este período, cifra que en buena medida debe incidir en el crecimiento cañero previsto para venideras zafras.
Junto a la reparación de los centrales y de los equipos de corte, alza y tiro de cara a la cercana cosecha, la siembra de la gramínea se convierte, en el contexto del Día de trabajador azucarero a celebrarse este 13 de octubre, en un frente de máxima prioridad, sobre todo en áreas del Uruguay, donde se concentra la mayor plantación por realizar.
Ermio Cáceres Hernández, director de Atención a Productores en la Empresa Azucarera Santi Spíritus, refirió a Escambray que la plantación acumulada este año ascendía, hasta el martes, a 6 908 ha, “no obstante el programa tiene cierto atraso provocado porque en septiembre el exceso de humedad frenó la preparación de tierra, pero este mes se ha podido trabajar más y tenemos seguridad de que podemos completar el plan en octubre”.
El empuje al determinante programa centra su accionar en varias unidades productoras del centro-sur de Jatibonico, toda vez que las vinculadas al central Melanio Hernández completaron desde el mes anterior la siembra anual y han sumado otras 144 ha, resultado halagueño, pues la falta de materia prima ha sido una de las debilidades de las últimas cosechas en esa industria.
Comoquiera que la siembra es una vía esencial para ampliar los volúmenes de caña, la provincia tiene identificadas en áreas bajo riego cerca de 570 ha, superficie que se pretende plantar entre noviembre y diciembre.
De cubrirse como está previsto el plan anual y el aporte extra en los meses finales, el territorio pudiera totalizar una plantación cercana a las 8 000 ha, cifra que representaría reponer alrededor del 12 por ciento del cultivo y superar notablemente el resultado del año precedente.
“El salto de un año a otro en la siembra responde principalmente a la plantación en áreas bajo riego de agua a raíz de la instalación de los nuevos sistemas, inversión que nos va a permitir al finalizar el año un crecimiento de unas 1 000 ha”, precisa Ermio Cáceres.
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