Una declaración de ese mecanismo integrador considera el desarme nuclear completo y verificable, como una acción de la «más alta prioridad».
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) adoptó este martes en Buenos Aires una trascendental declaración a favor del desarme nuclear, que la ubica a la cabeza de este reclamo mundial, coincidieron en destacar las delegaciones participantes.
Representantes de alto rango del bloque regional que preside ahora Cuba e integran 33 países, acordaron en Buenos Aires «sumarse a los esfuerzos de la comunidad internacional para avanzar hacia la negociación de un instrumento universal jurídicamente vinculante que prohíba las armas nucleares», resalta la declaración aprobada.
El texto considera el desarme nuclear completo y verificable, como una acción de la «más alta prioridad» e insiste en que la única garantía contra el empleo o la amenaza del uso del armamento atómico, es su total eliminación.
La reunión de un día, celebrada este martes en la capital argentina, cerró exitosamente un proceso de consultas que concluyó con la aprobación de este importante documento, explicó a Prensa Latina el representante cubano, Rodolfo Benítez, subdirector de Asuntos Multilaterales de la Cancillería de la isla.
Adelantó que la declaración será presentada el próximo 26 de septiembre, como una posición común de Celac, en una reunión de alto nivel de la Asamblea General de la ONU, la primera de su tipo en la historia de esa organización internacional.
Otros participantes en la cita destacaron a Prensa Latina la contundencia del documento, al considerarlo el más ambicioso y de mayor alcance acordado en la región sobre un tema cardinal para la salvaguarda mundial.
Reconocieron, en particular, la labor de Cuba en gestionar y lograr una postura común del bloque en un campo tan complejo.
En otros de sus puntos, la declaración reitera que el empleo o amenaza del uso de armas nucleares «constituyen un crimen contra la humanidad y una violación del derecho internacional».
A su vez, exige a los Estados que poseen ese armamento a brindar «garantías inequívocas y jurídicamente vinculantes de no usar ni amenazar con el uso de esas armas».
Asimismo, demanda a esos países «eliminar la función de las armas nucleares de sus doctrinas, políticas de seguridad y estrategias militares, o como enfoque prospectivo para el manejo de conflictos».
La Celac considera también que el establecimiento de Zonas Libres de Armas Nucleares fortalece la paz y la seguridad internacional y regional, siendo una importante contribución en aras de alcanzar el desarme en este vital campo.
Los participantes destacaron, igualmente, la satisfacción por ser América Latina y el Caribe la primera área densamente poblada en el mundo que se declaró como Zona Libre de Armas Nucleares, por medio del Tratado de Tlatelolco.
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