La Memoria del Mundo recibe honores al guardar para sí documentos cuyo creador es uno de los hombres más ilustre que ha dado la humanidad, Ernesto Che Guevara.
La investigadora Berarda Salabarría, presidenta del Comité Nacional cubano de la Memoria del Mundo, aseguró que la obra del legendario guerrillero trascendió el Tercer Mundo para considerarse universal y en su pensamiento marxista, antidogmático, humanista se encuentran unidas la teoría y la práctica revolucionaria.
Su imagen preside los reclamos de justicia como abanderado de las causas más justas, destacó Salabarría durante un acto celebrado en la fortaleza colonial Morro Cabaña con motivo de la inclusión el 18 de junio pasado de la colección vida y obra del Che en ese registro internacional de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El expediente inscrito en el programa Memoria del Mundo es muy amplio y comprende mil siete documentos que abarcan desde los manuscritos originales de su adolescencia y juventud, hasta el Diario de Campaña en Bolivia.
La colección incluye 431 manuscritos del Che, 567 documentos escritos sobre su vida y obra, así como un valioso material iconográfico, filmográfico, cartográfico y objetos museables.
Estos textos se unen a la colección de la obra de José Martí y los negativos de los noticieros ICAIC Latinoamericanos, del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos, inscritos anteriormente, recordó el presidente de la Comisión Nacional Cubana de la Unesco, Juan Antonio Fernández.
La inclusión de esos documentos significa un reconocimiento a la contribución del guerrillero al pensamiento revolucionario latinoamericano y mundial, que lo ha convertido en símbolo de rebeldía, liberación e internacionalismo, afirmó Fernández.
Por su parte, Aleida Guevara, hija del Che, indicó que los textos, los cuales serán preservados para las nuevas generaciones, brindan la posibilidad de conocerlo no solo como estadista, dirigente y político de alta estatura, sino también al ser humano que sabía reír, bromeaba y amaba.
Creado en 1997, el Registro Memoria del Mundo de la Unesco busca proteger elementos importantes del patrimonio de carácter político, filosófico, literario y musical en diferentes formatos, como texto, gráfica o audiovisual.
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