Se recordó a Vilma Espín en el acto provincial por la constitución de la FMC, que tuvo como sede la sureña villa de Trinidad.
Las espirituanas no pueden olvidar, ni ninguna cubana, aquellos tiempos en que el único motivo ocupacional se reunía en la batea y el fogón. Insospechada la oportunidad de dirección, de evolución profesional, de independencia financiera y autonomía espiritual, de decidir y aportar, de valer…
Hoy la mujer en Cuba no se enclaustra en molduras hogareñas; no tiene por qué admitir maltratos de un patriarca, ni tampoco sumirse como género menor, sino que ha conquistado los espacios públicos.
Con esa convicción, las espirituanas celebraron la creación de la Federación de Mujeres Cubanas hace más de cinco décadas; la victoria barbuda del primer día del 1959 se convirtió en triunfo femenino un año después, con el impulso sustantivo de Vilma Espín Guillois.
No se hizo esperar el homenaje a esa heroína de la Sierra y el Llano, tampoco la certeza femenil espirituana de heredar y perpetuar su legado, durante el acto provincial por la efeméride, efectuado este jueves en Trinidad.
En la conmemoración todas las federadas merecieron aplausos, especialmente casi una veintena de espirituanas que recibieron reconocimientos por sobresalir dentro de la organización, entre ellos la Distinción 23 de Agosto. También bloques y delegaciones destacadas resultaron distinguidos.
Igualmente, más de 20 jóvenes recibieron el carné de la FMC, quienes ratificaron su disposición como relevo de la obra femenina revolucionaria.
Por la patria, unidas y victoriosas, las mujeres espirituanas reconocen sus retos en los contextos actuales. Como diría Vilma: “En las tareas de la Revolución siempre se vuelve a empezar, se puede empezar, nunca se termina”.
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