Por sexto año consecutivo el central de Jatibonico alcanza el plan de producción de azúcar y hoy lidera la eficiencia en el país.
Halado por la eficiencia, el central Uruguay logra por sexta zafra consecutiva fabricar el azúcar planificado, con lo cual se convierte en el segundo ingenio de Cuba que en la presente campaña vence tal objetivo y el mayor productor hasta el momento en el país, méritos que lo ubican en la vanguardia de la contienda a nivel nacional.
En los más de 90 días de operaciones la zafra en Jatibonico tuvo en la estabilidad de la molida a su principal aliado y logró aprovechar la capacidad de procesamiento al 75 por ciento, resultado en el que tienen una incidencia directa las fuerzas de corte y tiro de caña, en específico los pelotones mecanizados que responden por el 90 por ciento del abasto diario.
Garantizado el aporte de materia prima para moler al nivel que permitía el balance de recursos asignado a la cosecha, el resto de la operación recayó en la fábrica y en sus más de 850 trabajadores, quienes apelaron a la sabiduría y a la experiencia para materializar una zafra eficiente.
Tanto es así, que el Uruguay consigue un recobrado por encima de 86, el mayor del país, y para redondear la exquisitez de su operación muestra un rendimiento industrial acumulado de 11.93, superior al previsto y también el más alto de Cuba, indicador que le permitió ahorrar más de 22 500 toneladas de caña y ganar casi 2 700 toneladas de azúcar. Un detalle habla de la calidad de la campaña en el ingenio jatiboniquense: después de 17 años logró en varios días rendimientos industriales de 13.
El ingeniero Vladimir Gómez, director de la Unidad Empresarial de Base central Uruguay, confirmó a Escambray que la producción de azúcar de la actual contienda reporta, con respecto a la pasada, un crecimiento cercano al 9 por ciento (más de 8 000 toneladas) y en similar proporción se incrementan los niveles de materia prima.
El hecho de que la industria completara el plan de crudo moliendo menos caña de la prevista “posibilita ahora la estrategia de trabajar unos días más para producir 2 500 toneladas por encima del plan como aporte al compromiso de la provincia”, señala el directivo.
Según la propia fuente, la integralidad de la zafra también está avalada por la alta calidad del azúcar elaborado, cuyos indicadores de pol, humedad, color y tamaño del grano, entre otras cualidades, son atributos para materializar la exportación de ese crudo.
La eficacia de la operación fabril redunda en la economía de la industria, que disminuye en 132 pesos el costo planificado de la tonelada de azúcar y alcanza utilidades por encima de los 19 millones de pesos.
“Detrás de esos resultados están la calidad del proceso de reparaciones y el cumplimiento de su cronograma -afirma Vladimir Gómez-, de ahí que el tiempo industrial perdido este año sea bajo, solo el 5.40 por ciento (en la zafra anterior fue superior al 11 por ciento), y entre las medidas que contribuyeron a ganar eficiencia podemos citar las mejoras tecnológicas introducidas en las áreas de basculador, tándem y energética, y que el 34 por ciento de la caña molida llegó directamente del campo al basculador, por lo que medió poco tiempo entre el corte y el procesamiento”.
Quizás el punto más débil de la contienda aparece este año por el área energética, acostumbrada a garantizar el autoabastecimiento de la corriente que necesita el central para funcionar y entregar apreciables partidas al sistema nacional; mas, subraya el director, una avería ocurrida en marzo en el turbo número dos, que demoró 10 días en resolverse, trajo consigo el deterioro de los indicadores.
Aunque muy lejos de aquella impresionante producción de 235 100 toneladas de azúcar conseguidas en la zafra 1990-1991, récord en Cuba, el Uruguay ha ido escalando en su horizonte productivo y si a mediados de la década pasada tocó fondo con una fabricación en el entorno de las 29 000 toneladas, ahora no solo supera con creces esa cifra, sino que también tiene por delante un proceso inversionista a corto plazo que persigue aumentar la capacidad de molida, incrementar los niveles de caña, extender los días de zafra y elevar la elaboración de crudo por encima de las 100 000 toneladas.
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