El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, felicitó este domingo a América Latina y el Caribe por los grandes avances económicos y sociales que se han producido en la región en la última década.
Al intervenir en la clausura de la I Cumbre entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE), el jefe del Ejecutivo comunitario reconoció que los propios países de la región son los responsables de ese impresionante desarrollo.
De acuerdo con Barroso, la situación en el subcontinente ha cambiado, por lo que llamó a mantener una relación más equilibrada y más madura que permita enfrentar como socios igualitarios las grandes tareas del crecimiento económico, el comercio y la inversión.
Estamos de acuerdo en que el comercio y la inversión tienen un gran potencial para el desarrollo sostenible y el fomento del crecimiento económico y el empleo, afirmó.
Según el ejecutivo europeo, la Declaración de Santiago, aprobada por los participantes en la cita, contiene importantes lineamientos relacionados con la promoción de inversiones de calidad social y ambiental, en Europa y en América Latina y el Caribe.
También quedó muy clara la importancia de la seguridad, señaló, así como la significación de la calidad para los países que reciben esas inversiones, los cuales tienen derecho al respeto de los tres pilares del desarrollo sostenible.
Manifestó que en las conversaciones entre las partes se abordaron además otros temas como la responsabilidad social y empresarial, así como el fortalecimiento de los sistemas de innovación y capital humano.
En su intervención, Barroso resaltó la importancia de la iniciativa conjunta entre la Celac y la UE para el desarrollo de las regiones y para el área conjunta del conocimiento.
Lo discutido en los dos días de cumbre, afirmó, no es solo un asunto de mercado, sino de modelos económicos, sociales y políticos.
Es eso lo que podemos ofrecer también a la comunidad internacional, manifestó, un modelo basado en el respeto de los valores y principios de ambas regiones, un modelo de desarrollo sostenible basado en la dignidad humana y en el respeto por las normas sociales y ambientales.
Si añadimos a los valores compartidos una cultura y una voluntad de trabajo en común, tenemos los ingredientes necesarios para continuar el destino del espacio europeo, latinoamericano y caribeño, apuntó.
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