Diez años acaban de cumplirse del primer implante de un marcapaso a Carlos Reyes Quesada, un niño espirituano de 12 años, Síndrome de Down.
Carlos Reyes Quesada lleva 10 años con la noticia dentro de su breve pecho: este 17 de diciembre el primer niño de la provincia en tener implantado un marcapaso en su corazón arribó a la década del suceso que lo mantiene con vida en su natal Sancti Spíritus.
Rigurosos y coordinados seguimientos por parte de los especialistas del Hospital Pediátrico José Martí, de la ciudad cabecera, y del Cardiocentro William Soler, de la capital cubana, han favorecido el estado general de salud del pequeño de 12 años, Síndrome de Down, víctima en ese lapso de no pocas complicaciones cardíacas.
Debido a imponderables, causantes de fallas en el funcionamiento del marcapaso, Carlos entró nuevamente al salón de operaciones en la institución habanera en el 2006 y el 2010, con el propósito de sustituirle e implantarle otro dispositivo en ambas ocasiones.
Desde el punto de vista profesional, a juicio del doctor Raúl Medina, el caso de este paciente ha marcado un hito en los 29 años de creados los servicios de la Cardiología Pediátrica en Sancti Spíritus, cuyo padre fundador lo es, sin dudas, el doctor Miguel Pérez Piñeiro.
A los tres meses de nacido Carlos, un ecocardiograma reveló el diagnóstico: el menor padecía de cardiopatía congénita, en particular una comunicación interventricular, consistente en pasos de sangre del corazón de manera anormal del ventrículo izquierdo al derecho.
La madre del muchacho, Carmen Quesada, quien asegura no haber dormido una noche completa desde que le implantaran a su hijo el primer aparato electrónico en el 2002 hasta hoy, prodiga agradecimientos a la familia, a los maestros, a los vecinos, al Sistema Integrado de Urgencias Médicas y a los colectivos del José Martí y del William Soler.
“En la última operación del 2010, en medio del desespero le dije al doctor Selman, director del Cardiocentro: Como si tengo que darle mi corazón a mi hijo, pero sálvemelo, sálvemelo”. “No se preocupe, mamá; Aquí estamos para eso”, le respondió.
De acuerdo con las estadísticas de los referidos servicios, hoy otro niño vive gracias a un marcapaso en la provincia, donde existen más de 300 menores con diversas cardiopatías congénitas.
Mientras el doctor Noel Pérez Valdés, de los servicios de Neonatología del Hospital General Camilo Cienfuegos, destaca las acciones de capacitación para formar el capital humano dedicado a la atención de estos enfermos, la doctora Orquídea Llamosa, también del mencionado centro, realza el funcionamiento de la Red Cardiopediátrica en el territorio, incluidos el Centro de Genética Médica y la Atención Primaria de Salud.
En el 2013 Sancti Spíritus será sede del encuentro nacional de la Red Cardiopediátrica de Cuba -única en América Latina-, donde aflorarán experiencias de la aplicación del Programa Nacional de Atención al Niño Cardiópata.
Implantado a un paciente en Suecia por primera vez en el mundo en 1958, y a uno en la isla caribeña en 1964, el marcapaso controla la frecuencia y mejora la contractilidad del corazón.
Expertos de la Academia Internacional de Ciencias Cardiovasculares, con sede en Canadá, han elogiado el desarrollo alcanzado por la Cardiología pediátrica en Cuba, uno de los factores de la reducción del índice de mortalidad infantil por cardiopatías congénitas en el país.
Lamentablemente y por razones obvias, el pequeño Carlos desconoce esos detalles; aunque ya sabe hilvanar oraciones y sumar, gracias a su maestra que lo enseña en casa, y hasta conoce la actuación de cada Gallo pelotero.
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