Que un país como Cuba, con voluntad gubernamental para eliminar rezagos sexistas, valide en las prácticas cotidianas y en los medios de comunicación la imagen de la mujer viciada por mitos y estereotipos; que un país como el nuestro reproduzca y legitime el discurso de la violencia de género resulta, por principios, inadmisible; sin embargo, sucede con total impunidad.
De ello dan fe prácticas que van desde el desparpajo con que la televisión proyecta, por ejemplo, materiales de visualidad agresiva que fragmentan la esencia femenina y venden el cuerpo de la mujer como objeto del deseo; hasta la aparente ingenuidad con que se asignan los roles al interior de las familias, como si fuese lo más natural del mundo y no una convención social el hecho de que la madre deba atender a los hijos y el padre, buscarles el sustento.
Con tales presupuestos y más preguntas que respuestas definitivas se reunieron artistas, promotores culturales y especialistas de los medios en el taller Género y creación: el compromiso de mirar, que sesionó en Sancti Spíritus del 2 al 5 de julio con el propósito de estimular no solo la investigación en cuestiones de género, sino también el sentido crítico para detectar manifestaciones discriminatorias sutilmente veladas en los productos culturales que consume el individuo.
Auspiciado por la comisión Género y cultura de la UNEAC, el proyecto sociocultural La Guayabera y la Fundación Nicolás Guillén, el taller fue impartido a orillas del Yayabo por tres estudiosas de la temática que integran el grupo Mirar desde la sospecha: Helen Hernández Hormilla, periodista e investigadora; Danae C. Diéguez, profesora de Género y Cine de la facultad de Medios de Comunicación audiovisual del Instituto Superior de Arte; y Zaida Capote, ensayista y crítica de arte especializada en literatura y feminismo.
Desarrollado por primera vez fuera de los marcos capitalinos, el taller pretende socializar al interior de la isla las más contemporáneas teorías que en la materia se perfilan en el mundo: conceptos de feminidad y masculinidad, manifestaciones de la violencia ejercida contra las mujeres, estudio de los procesos de representación e identidad…, herramientas que habrán de redundar en una mayor conciencia de género y, por tanto, en la subsiguiente asunción del rol social.
Pero el taller no se dedicó únicamente a dotar de nociones elementales para un primer acercamiento al tema; en los salones de la Casa de la Guayabera se polemizó desde el pasado martes en torno a una arista aún más compleja: los vasos comunicantes entre perspectiva de género y consumo cultural.
El análisis crítico de la historia del arte, de la filosofía y hasta de la Humanidad con el ánimo de detectar las manifestaciones de violencia de género -ora solapada, ora explícita- emergió como una condición ineludible para comprender los mitos que se han ido urdiendo en torno a la identidad sexual.
Ya lo advertía la joven investigadora Helen Hernández: “Sin darnos cuenta legitimamos los estereotipos de lo femenino y lo masculino en nuestras prácticas cotidianas, que están condicionadas por la cultura y que, a su vez, se reproducen en nuestros imaginarios simbólicos”.
De modo que la tensa relación entre género y cultura deviene una especie de serpiente que se muerde la cola, producción y multiplicación de estereotipos que se han afianzado a expensas del patriarcado dominante. También sobre tales aristas se disertó, en torno a los productos culturales valorados desde el prisma de la mujer; las mediaciones estéticas y la construcción de un lenguaje con perspectiva de género y las muy disímiles manifestaciones de sexismo en el devenir artístico.
Proyección y debate de audiovisuales, presentaciones teatrales y una muestra de 18 obras de creadoras espirituanas de la plástica figuraron entre las actividades colaterales que contribuyeron a constatar in situ los conceptos teóricos que azuzaron la polémica.
Según la escritora Yanetsy Pino Reina, coordinadora del taller y de la comisión Género y cultura en Sancti Spíritus, como resultado de los talleres que comienzan a impartirse en las provincias se convocará a una Bienal de las Artes para el 2014, año en el que se festeja el bicentenario de Gertrudis Gómez de Avellaneda y que resultará el momento propicio para estimular en mayor medida la creación cultural y reconocer a artistas con una labor sistemática a favor de la equidad de género.
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