Según miembros del gabinete, la Mandataria argentina, quien recibió el alta neurológica, aún debe cumplir con específicas orientaciones clínicas.
Con el alta neurológica dada, la presidenta argentina, Cristina Fernández, comenzará este lunes a asumir sus funciones, según prevén miembros de su Gabinete, pero de forma gradual pues aún debe cumplir con específicas orientaciones clínicas.
La decisión final sobre cómo reiniciará sus actividades ejecutivas y la carga de trabajo que le permitirán realizar, dependerá del resultado de una prolongada prueba de medición cardiológica, llamada Holter, que se realizó durante todo el fin de semana.
Ese estudio cardiológico se lo vienen realizando desde la operación el pasado 8 de octubre para drenarle un coágulo intracraneal, debido a que sufrió previo a la intervención episodios de hipotensión arterial y un trastorno de la conducción cardíaca con bloqueo de la rama izquierda, con el que convive hace años.
En base al resultado, se va a determinar «el ritmo de regreso a sus actividades habituales», según consta en el último parte médico que emitió la mañana del sábado el director de Comunicaciones de la Presidencia, Alfredo Scoccimaro.
Por lo pronto, ya se dijo que la jefa de Estado no podrá trasladarse en naves aéreas durante los próximos 30 días y espaciar los viajes en automóviles, en tanto se anunció que el próximo 9 de diciembre será sometida a un nuevo control al cumplirse 60 días de la operación.
De ahí, se desprende que reanudará sus funciones básicamente desde la Residencia Presidencial de Olivos, donde ha venido descansando, coinciden todos los que siguen el proceso de evolución de la mandataria.
Aunque no pueda, al menos de forma inmediata, asumir todas las tareas como muy activamente desarrollaba, sus partidarios se sentirán felices al saber que ya «la presidenta de los 40 millones de argentinos», como ella misma se considera, reanuda sus labores, y no pocos de ellos querrán festejar.
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