Los arsenales nucleares representan uno de los mayores peligros que enfrenta el planeta, escenario en el que Cuba convoca a la eliminación total de ese armamento como garantía de paz y supervivencia humana.
Más de 19 mil armas nucleares -cuatro mil 400 en estado operacional y dos mil listas para su empleo inmediato-, doctrinas preventivas y amenazas del uso de esos artefactos constituyen un panorama sobre el que alertan la isla caribeña y otros países del Sur.
«Sólo el empleo de una parte ínfima del enorme arsenal nuclear mundial, la explosión de 100 ojivas, provocaría el invierno nuclear, con consecuencias catastróficas para nuestro planeta», advirtió a principios de marzo el diplomático cubano Rodolfo Benítez.
Al intervenir en Oslo, Noruega, en la Conferencia Internacional Impacto Humanitario de las Armas Nucleares, el funcionario de la Cancillería instó a incrementar los esfuerzos para erradicar el peligro.
La única manera realmente efectiva de garantizar que la humanidad no sufrirá nunca más el terrible impacto de esas armas es su prohibición y eliminación total, afirmó.
Pese al paso del tiempo, resulta imposible olvidar el sufrimiento experimentado por los habitantes de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, cuando en agosto de 1945 Estados Unidos lanzó dos bombas atómicas como una demostración de fuerza.
Más de 200 mil víctimas y el daño causado a generaciones posteriores invitan al «Nunca más» defendido por pacifistas y millones de personas en los cinco continentes.
A propósito del riesgo, Benítez recordó en Oslo que el uso de los mortíferos artefactos «implicaría la violación flagrante de normas internacionales relacionadas con la prevención del genocidio y la protección al medio ambiente».
Además, llamó la atención sobre la proclamación de conceptos y doctrinas de seguridad, que esgrimen algunas potencias, lo cual consideró injustificado.
«Es por ello motivo de profunda preocupación que la disuasión nuclear continúe siendo una parte esencial de las doctrinas de defensa y seguridad de algunos Estados, y que sobre esa base se destinen fondos multimillonarios para la modernización de los arsenales nucleares», señaló.
Estudios de organismos internacionales reflejan que en los últimos 10 años, los gastos militares han crecido en más de un 49 por ciento, una buena parte de ese dinero destinado a elevar la capacidad destructiva de las armas nucleares.
Resulta inaceptable que en el mundo actual se gaste más en medios para hacer la guerra que en la promoción del desarrollo, opinó al respecto Benítez en la capital noruega durante el foro celebrado a principios de marzo.
POCOS AVANCES EN EL DESARME NUCLEAR
A pesar del proclamado fin de la Guerra Fría, la humanidad sigue estando en grave riesgo de ser aniquilada por la existencia de armas nucleares, en cuya eliminación total lamentablemente poco se ha avanzado, dijo Benítez.
Al respecto, el diplomático explicó que Cuba, junto a otros países, promueve en los diferentes foros el establecimiento de un calendario concreto para la reducción gradual de las armas nucleares, hasta lograr su total eliminación y prohibición, a más tardar en el año 2025.
«El desarme nuclear no puede continuar siendo un objetivo continuamente pospuesto y relegado. Hay que fijar plazos concretos», instó.
De acuerdo con el funcionario de la Cancillería cubana, la isla continuará trabajando por el inicio inmediato de negociaciones y la pronta adopción de una convención internacional sobre desarme nuclear.
LA OPORTUNIDAD DE NUEVA YORK
La comunidad internacional aprobó por abrumadora mayoría la propuesta de Cuba ante la ONU de convocar a una reunión de alto nivel sobre desarme nuclear.
Más de 160 países respaldaron la iniciativa -sin votos en contra y las abstenciones de Estados Unidos, Francia, Israel y Reino Unido-, con lo cual el foro quedó establecido para el 26 de septiembre de 2013 en Nueva York, ciudad sede de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Alentamos a todos los Estados a participar al más alto nivel posible en esa reunión, y esperamos que esa cita sea una contribución concreta en el necesario camino hacia la eliminación de las armas nucleares de la faz de la tierra, instó Rodolfo Benítez en Oslo.
CELAC Y EL DESARME NUCLEAR
A finales de enero del año en curso, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) celebró su primera cumbre en Chile, encuentro en el que el bloque integracionista fijó postura sobre el tema nuclear.
En la declaración de Santiago de Chile, la organización que agrupa a los 33 países independientes de la región destacó que el Tratado de Tlatelolco estableció en América Latina y el Caribe la primera zona más densamente poblada libre de armas nucleares en el planeta.
«En este sentido, reafirmamos la necesidad de avanzar hacia el objetivo prioritario del desarme nuclear y la no proliferación y alcanzar y sostener un mundo libre de armas nucleares», precisa en el texto.
La Celac hizo un llamado a las potencias nucleares a retirar sus reservas y sus declaraciones interpretativas a los Protocolos del Tratado y a respetar el carácter desnuclearizado de la región latinoamericana y caribeña.
También expresó su compromiso de participar de manera activa y presentar una posición común en el marco de la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de la ONU sobre Desarme Nuclear.
El bloque fundado en diciembre de 2011 en Caracas consideró que la existencia de armas nucleares «sigue representando una grave amenaza a la humanidad».
Esa postura es compartida por el Movimiento de Países No Alineados, que reúne a más de un centenar de naciones.
Para el Mnoal, el desarme nuclear debe ser una prioridad, razón por la que respaldó la propuesta cubana de un foro de alto nivel sobre el tema.
(*) El autor es editor Jefe de la Redacción Nacional de Prensa Latina
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