Cuba es el mejor país de América Latina para la maternidad y el trigésimo tercero del mundo, divulgó este martes la organización internacional «Save the Children», que promueve los derechos de la niñez.
La organización no gubernamental, con sede en Londres, tiene en cuenta al compilar su listado factores como el bienestar, la salud, la educación y la situación económica de las madres, así como las tasas de mortalidad materna e infantil.
A la cabeza de esta lista, elaborada entre 176 países, figura Finlandia, mientras que los 10 últimos puestos los ocupan países del África subsahariana.
En cuanto a Latinoamérica y el Caribe, Cuba es la primera en aparecer en el puesto 33, por delante de Argentina (36), Costa Rica (41), México (49) y Chile (51). Honduras ocupa el 111, Paraguay (114) y Guatemala (128), mientras Haití se clasifica en el 164.
«En la región latinoamericana existen enormes disparidades», afirma el director de «Save the Children» para Latinoamérica, Beat Rohr.
«Nos consta que cuando las mujeres tienen educación, representación política y una atención materna e infantil de calidad, ellas y sus bebés tienen muchas más probabilidades de sobrevivir y prosperar, al igual que la sociedad en la que viven», explica el directivo.
El índice de Maternidad de Save the Children, que se incluye en el informe «Estado de las mujeres del mundo 2013», sitúa a Estados Unidos en la posición 30 debido a que tiene un riesgo bastante alto de muerte materna.
De acuerdo con el índice de Riesgo del Día del Parto, elaborado por primera vez y que refleja la tasa de mortalidad de los bebés en su primer día en 186 países, el 18 por ciento de todas las muertes en menores de cinco años de edad en América Latina ocurren el día del nacimiento.
Un millón de bebés mueren cada año el día en que llegan al mundo -dos por minuto-, lo cual convierte ese primer día de vida en el período más peligroso en casi todos los países del mundo.
En América Latina, las muertes neonatales -ocurridas durante el primer mes de vida- constituyen más de la mitad del total de las muertes de menores de cinco años, según «Save the Children». Las principales causas de esas muertes incluyen nacimientos prematuros, infecciones graves y complicaciones durante el parto.
Se estima que a nivel mundial podrían salvarse cada año más de un millón de recién nacidos si se ofreciera acceso universal a productos como inyecciones de corticosteroides para mujeres en partos prematuros a fin de evitar la muerte de bebés por problemas respiratorios, aparatos de resucitación para pequeños que no respiran al nacer, limpieza del cordón umbilical con clorhexidina para prevenir infecciones y antibióticos inyectables.
Save the Children recomienda fomentar la lactancia materna, capacitar al personal sanitario y asegurarse de que la sanidad llega a los sectores más desfavorecidos, así como abordar las causas de la mortalidad neonatal como la desigualdad de género y la desnutrición.
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