Por vigesimosegunda ocasión, la Mayor de las Antillas presentará ante las Naciones Unidas una resolución sobre la necesidad de poner fin al cerco económico, financiero y comercial de Estados Unidos contra el archipiélago.
El bloqueo norteamericano afecta severamente el comercio exterior cubano
Bloqueo contra Cuba, más de dos décadas de condena mundial
Cuba denuncia reforzamiento del bloqueo de EE.UU. »
Cuando uno lee la cifra parece el saldo de una guerra donde las bombas y las armas han impuesto sus mandamientos. Cuba estima en un billón 157 mil 327 millones de dólares los daños a la nación por el bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos contra nuestro país durante más de medio siglo. No se ha visto la pólvora; pero pocos dudan de que no sea una guerra, con el interés de doblegar a un país, suceso sin parangón en el mundo.
Traigo a colación el asunto porque hoy Cuba someterá a consideración de la Asamblea General de las Naciones Unidas el proyecto de resolución sobre la necesidad de poner fin a este cerco de Estados Unidos, que desde 1992 ha sido rechazado de modo categórico por la comunidad internacional; basta decir que en los últimos siete años el texto presentado por Cuba ha contado con el respaldo de más de 180 países, en cada una de las votaciones.
En el 2012, 188 de los 193 países agrupados en las Naciones Unidas apoyaron el documento, con la aislada oposición de Estados Unidos, Israel y Palau, y la abstención de Micronesia e Islas Marshall. De acuerdo con expertos, la abstención, en ciertos casos de pequeños Estados, descansa en la total dependencia económica de estos hacia potencias como Estados Unidos.
¿Qué acontecerá este martes en las Naciones Unidas? Por vigesimosegunda ocasión, Cuba dispondrá del apoyo mundial. Un precedente de ello se encuentra a la vista: del 24 de septiembre al 1 de octubre, el período de sesiones 68 de la Asamblea General tuvo prioridad en su agenda para el bloqueo de Estados Unidos contra nuestro archipiélago, al ser uno de los temas que más recibió atención por presidentes, jefes de Estado y cancilleres.
En tal sentido, un reporte de la agencia Prensa Latina indica que durante esos días más de 40 países de los cinco continentes llamaron en el foro al cese de las sanciones, calificadas allí de genocidio, ilegales y reliquias de la Guerra Fría.
No puede desestimarse tampoco que una cifra apreciable de naciones solicitó a Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, que se implemente de una vez la resolución aprobada en el seno de la organización, y, de este modo, ser consecuente con la Carta de las Naciones Unidas.
El veto en el Consejo de Seguridad de la ONU le concede a Estados Unidos la posibilidad de vivir de espalda a los resultados de las votaciones, lo cual refleja la arbitrariedad de este mecanismo, una real burla a la opinión pública mundial.
A todas luces, el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba quebranta un principio universal y aceptado por los miembros de la ONU: la igualdad soberana de los Estados. En el más elemental análisis del tema no puede obviarse la extraterritorialidad de esta medida, evidente en la Ley Helms Burton, aprobada en 1996, un verdadero instrumento para abortar el menor intento de inversión de capital extranjero en Cuba.
Ejemplos que confirman el carácter inhumano del bloqueo estadounidense sobran. Recientemente, en conferencia de prensa en La Habana, un directivo del Ministerio de Salud Pública expuso cómo la empresa Medicuba —importadora de medicamentos, reactivos e insumos médicos— aumentó sus gastos por la adquisición en mercados lejanos de fármacos, suministros médicos, material gastable y equipos.
No son pocos los contratiempos para comprar válvulas para pacientes con hidrocefalia —indispensables en el tratamiento de niños con esa enfermedad— y de al menos 14 medicamentos de última generación necesarios en otros procederes terapéuticos.
Diez presidentes de Estados Unidos, tanto demócratas como republicanos, han persistido en mantener el bloqueo genocida contra la Mayor de las Antillas. Pese a tamaña guerra, Cuba no ha doblegado a los pies del imperio su proyecto socioeconómico y político.
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