El gobierno estadounidense insiste en que el presidente sirio, Bashar al-Assad, «tiene que abandonar el cargo», pese a la reciente resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que busca una salida diplomática al conflicto en el país árabe.
Susan Rice, asesora presidencial en materia de seguridad nacional, alegó en una entrevista transmitida por la cadena televisiva CNN que esta exigencia no contradice la cooperación de la comunidad internacional con las autoridades sirias para el desmantelamiento de las armas químicas en esa nación del Medio Oriente.
Rice dejó entrever una crítica a la reciente resolución del Consejo, porque en el documento aprobado «no se menciona al-Assad como persona», sino que se abordan las «obligaciones del gobierno sirio» para cumplir los compromisos respecto al asunto de las armas químicas.
La funcionaria reiteró que su país sigue considerando la posible acción militar unilateral contra Siria y recordó que ya el presidente Barack Obama ha expresado de forma clara que las divisiones correspondientes del ejército estadounidense siguen en sus posiciones, listas para entrar en acción.
Según estimó Rice, «el Presidente tiene derecho a usar la fuerza militar» para salvaguardar presuntos intereses de seguridad nacional de Estados Unidos.
Washington incrementó su retórica y empezó a utilizar un tono amenazante contra Siria después del ataque con gas sarín el 21 de agosto en un suburbio de Damasco, de cuya autoría acusa al gobierno de Al- Assad.
Sin embargo, las autoridades sirias han denunciado que toda esa maquinaria de propaganda se basó en mentiras y solo se ha tratado de estimular la intervención militar en el país.
Damasco, por su parte, sostiene que el gas venenoso fue utilizado por las bandas opositoras armadas, financiadas desde el exterior, las que persiguen, como Washington y sus aliados árabes y de Occidente, sacar del poder a Bashar al- Assad.
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