El presidente estadounidense, Barack Obama, demandó este sábado un mayor esfuerzo nacional para controlar las armas de fuego, en ocasión del primer aniversario de la masacre en una escuela primaria en Newtown, Connecticut.
En su habitual mensaje radial y por Internet de los sábados, el mandatario dijo que «todavía no hemos hecho lo suficiente para hacer que nuestras comunidades y nuestro país sea más seguro».
Las declaraciones de Obama tuvieron como telón de fondo el ataque por un joven armado en una escuela secundaria suburbana en Colorado, a pocos kilómetros de Columbine High School, el sitio de un tiroteo masivo en 1999.
No podemos perder de vista el hecho de que el verdadero cambio de las leyes de armas no vendrá de Washington. Vendrá de la forma en que siempre ha venido, del pueblo estadounidense, manifestó.
El tema del control de esos artefactos se mantiene estancado en el Senado, a pesar del predominio demócrata de la Cámara alta y el amplio apoyo público para el fortalecimiento de la contención de antecedentes de los compradores de armas.
Este viernes el líder de la mayoría del Senado, Harry Reid (demócrata de Nevada), dijo que no va a renunciar a la legislación sobre la verificación de antecedentes.
Mientras tanto, defensores del control de estos equipos estiman que cerca de 200 niños murieron como consecuencia de disparos desde el tiroteo el pasado año en la escuela primaria Sandy Hook, de Newtown, pese a que algunos estados endurecieron desde entonces su legislación.
Sin embargo, la gran reforma que desea implementar Obama a nivel nacional fracasó en abril con un rechazo del Senado, donde el poderoso lobby de la Asociación Nacional del Rifle tiene fuertes aliados.
Por otra parte, medios de prensa destacan que el tiroteo de ayer en la escuela secundaria de Arapahoe, en Colorado, donde hubo un muerto y dos heridos, es un escalofriante recordatorio de que la violencia todavía puede estallar de repente en cualquier sitio del país.
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