El gobierno de Estados Unidos mantiene la manipulación del tema migratorio como un arma política contra Cuba, según una denuncia publicada hoy por medios de prensa de la isla.
De acuerdo con un artículo del diario Granma, sucesivas administraciones han estimulado la emigración ilegal, con posturas que incluyen la consideración de «refugiado» a quienes llegan por vías ilícitas a territorio norteamericano.
Entre los elementos citados que sugieren la continuidad de la manipulación están la suspensión unilateral -desde mediados de 2011- de las rondas migratorias por el Gobierno del presidente demócrata Barack Obama, que las había reanudado después de canceladas por Washington en 2004, bajo la gestión del republicano George W. Bush.
También menciona el desinterés mostrado hasta el momento por la actual administración estadounidense en un nuevo acuerdo propuesto por Cuba desde 2009 con la intención de fortalecer la cooperación bilateral en el combate a la emigración ilegal y el tráfico de personas.
En el artículo de Granma se considera que la conducta de Washington no solo afecta a ciudadanos cubanos, al recordar que por décadas el gobierno norteamericano ha prohibido a los estadounidenses viajar a la isla, salvo la previa solicitud de permisos especiales, cuyo otorgamiento sujeta a requisitos.
Además, advierte que la manipulación por Estados Unidos del tema migratorio constituye un «instrumento de presión o chantajes políticos» para complementar el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba durante más de medio siglo.
La denuncia de la hostilidad del gobierno norteamericano se realiza a pocos días de la entrada en vigor -el 14 de enero- de nuevas medidas migratorias anunciadas por el gobierno de Cuba en octubre pasado.
A partir del próximo lunes, quedarán eliminados el procedimiento de solicitud de permiso de salida para los viajes al extranjero y el requisito de la carta de invitación, así como se extenderá de 11 a 24 meses la permanencia fuera del país sin perder el estatuto de residente.
La actualización migratoria también incluye la posibilidad de salida de menores de 18 años previa autorización de sus padres o representantes legales, y que los emigrados visiten Cuba por hasta 90 días, a diferencia de los 30 fijados anteriormente.
Además, prevé la normalización de la entrada temporal de quienes emigraron ilegalmente después de los acuerdos migratorios de 1994 con Estados Unidos, si han transcurrido ocho años de su salida, y de igual manera amplía las causas de repatriación.
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