El escritor Daniel Chavarría, quien asistió al capítulo yayabero de la Feria del Libro, refirió sentirse como en casa junto a los espirituanos.
Cuba para nada figura como una sexta isla, a pesar de su nacimiento uruguayo, en el año 1933. Las andanzas por países latinoamericanos y hasta aquel año en Madrid, no le imposibilitarían enseñarnos las viudas de sangre o que admiremos en la pluma del loro el color carmín.
Capaz de narrar hasta las vicisitudes de un médico cubano en Cuchuflí Arriba, una comunidad de la Sierra Maestra, el Premio Nacional de Literatura 2010 ostenta otros galardones importantes como el Alejo Carpentier de Novela, el Camilo José Cela, de Palma de Mallorca, o el Edgar Allan Poe, de la Mystery Writers of America.
Desde la conocida visita, pactada a propósito de que se le dedicara la XXII Feria Internacional del Libro 2013, Escambray se propuso echarle un ojo y no, precisamente, Dyndimenio.
“Lo primero que a mí me llamó la atención fue la narración oral. Yo desciendo de una familia de terratenientes arruinados (risas), pero mi abuelo, después de muy malos negocios, se quedó con algo más de 300 hectáreas. Hasta allí llegaban personas para el momento de la cosecha y siempre se formaban ruedas en torno a la fogata. Entonces siempre había algún cuentero, que monopolizaba la atención de todo el mundo. Yo quise ser eso, es decir, primero que nada llegar a viejo y luego vivir del cuento” (risas).
Su llegada a Cuba ocurrió en la década del 60. Cuando el novelista llegó, sorpresivamente, del cielo.
“Yo estaba vinculado a un movimiento guerrillero en Colombia. En determinado momento un hombre empieza a chivatear y me compromete. Me llega un llamado desde Bogotá donde advierten que me pierda. Entonces, cogí una avioneta y vine para aquí. Yo soy un secuestrador de aviones. Es por eso que a lugares que voy siempre me invitan por tierra” (ríe).
Sobre Joy, la primera novela publicada y que lo lanzaría a la fama en 1979, declaró: “Fue un bestseller. En el campo socialista se imprimieron medio millón de ejemplares y aquí más de 100 000. Eso me entusiasmó y por ahí seguí, seguí y bueno, con el tiempo he ido mejorando un poquito”.
Reconocido por la Dirección Provincial de Cultura y el Comité Provincial de la UNEAC en Sancti Spíritus con las distinciones Guayabera y Güije, respectivamente, el autor prometió asistir a la Villa del Yayabo en el 2014, para celebrar el medio milenio.
“Hablando de simpatías. Yo tuve mucha por el equipo de béisbol de Sancti Spíritus, por Gourriel. Aunque soy veleta. Cambio todos los años el equipo y todo eso por la simpatía que me inspira determinado pitcher, durante años fui pinareño por Jesús Guerra. Yo reconocí su compañerismo, que él era de los míos. Ahora estoy con Víctor Mesa, ahora soy matancero”.
¿Qué busca trasmitirle al lector cuando escribe?
“Uno tiene de manera automática una óptica del público al que se dirige. En mi caso particular, para la mayoría de mis novelas, sobre todo las de ambiente bien cubano, yo tengo siempre en mente un público principal que son los jóvenes con cierto nivel de cultura. Por la vía en que la novelística y la ficción pueden ser mucho más convincentes que el panfleto, busco generar ideología, ideas de justicia, respeto a la verdad, que son de alguna manera mis rumbos. Las ideas fundamentales que han hecho de mí lo que soy: un comunista, un revolucionario, un admirador de la Revolución”.
En su autobiografía Y el mundo sigue andando, ¿cuánto hay de ficción?
“Toda la que admite el género, porque tanto la biografía, como la autobiografía tienen elementos de ficción. Por ejemplo, no puedo acordarme de todos los diálogos que tuve, están inventados a partir de situaciones que yo recuerdo. Quién le oyó a César decir, cuando vio avanzar entre todos los conjurados a su hijo adoptivo Brutus, con un puñal: ‘Tú también, hijo mío’. Quién puede haber oído en ese atropello que César dijera eso. Seguramente no lo dijo, pero seguro que lo pensó y es algo emblemático. Yo en legítimo derecho he inventado muchísimo en todo lo biográfico que he escrito”.
Con una obra aceptada por la crítica y por el público, ¿se siente Chavarría bendecido por la literatura?
“La aceptación que significa el premio de la crítica me honra mucho, yo lo recibo como un honor, pero el premio yo ya lo tenía en el cariño que la gente me expresa. Me piden autógrafos, corren y me dicen que se han leído toda mi obra. Mira, yo tengo también un premio del que nunca hablo: soy el autor más robado de Cuba en las bibliotecas públicas (risas). Pregúntaselo a cualquier bibliotecaria, de los autores vivos de ficción yo soy el que más roban, eso a mí me honra no te imaginas cuánto. Porque hasta Martí dijo…”. Ante la aclaración de que Martí no había expresado nada semejante, expresó entre risas: “Bueno, es un delito completamente inocente, es un robo por la cultura. A mí me viene muy bien, porque que se roben un libro mío significa que no lo encuentran en librería y eso también me elogia, porque si no están en librería es que mis libros se venden”.
Excelente entrevista,muchas felicidades.He disfrutado saber que la Feria del libro ha sido un éxito en el Yayabo, se vistió de gala con la presencia de Daniel Chavarría.
Desde Sabaneta,la tierra del presidente Hugo Chávez,lo saluda una bibliotecaria espirituana.
FELICITACIONES POR TAN BUENA ENTREVISTA,,ME ALEGRO MUCHO QUE LA FERIA DEL LIBRO 2013 SEA TODO UN EXITO ,EN MI QUERIDA TIERRA,,SALUDOS Y FELICITACIONES PARA TODOS…