El bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba afecta a todos los sectores económicos y sociales del país, pero particularmente daña a la parte más pequeña y vulnerable de la población: los niños
El sufrimiento profundo de una madre, su llanto desconsolado ante una criatura que sufre y la visión misma de un niño postrado en una cuna o cama de hospital, cuya vida solo la puede salvar un medicamento de última generación, o un equipo sofisticado traído de allende los mares, conmueve las fibras más íntimas del ser.
Infelizmente, en no pocas ocasiones, el alivio al dolor o la tabla de salvación para esas criaturas no depende de los hombres y mujeres que las asisten con amor y ahínco, sino que es parte de un juego macabro en el cual el Gobierno de los Estados Unidos veta el fármaco -o el equipo- salvador, mientras las autoridades cubanas hacen lo imposible por conseguirlo a toda costa.
Y de todo esto son responsables quienes dirigen al país que alardea de ser paradigma de democracia en el mundo, cuyo Congreso ha legislado para impedir que esos novísimos recursos puedan estar al alcance de los niños cubanos, víctimas de una política cruel y brutal aplicada por la nación más poderosa de la Tierra.
LA MÁS HUMANA DE LAS CAUSAS POSIBLES
El doctor Pavel Nodarse Fleites conoce al dedillo los detalles de ese enfrentamiento diario contra la enfermedad y la muerte, porque lo “vive” todos los días desde su alta responsabilidad de jefe del Departamento Materno-Infantil de la Dirección Provincial de Salud en Sancti Spíritus.
Para este joven pero experimentado médico de niños, uno de los problemas principales que afronta la medicina pediátrica es que la mayor parte de los fármacos que se requieren no se producen en Cuba, por lo cual hay que adquirirlos en el exterior y es ahí donde inciden las leyes del bloqueo estadounidense contra nuestra patria.
“Nosotros, por ejemplo, tenemos 84 niños en la provincia afectados por dolencias oncológicas. Son pequeños que, aunque no sufren en este momento ninguna afectación directa, pues se les suministran los medicamentos requeridos, estos resultan caros en extremo y, además, Cuba se ve obligada a comprarlos a través de terceros debido al bloqueo.
“Hay un medicamento anticanceroso, la Temosolamida, que se comenzó a emplear en el 2011 a nivel de Instituto y que es en demasía costoso, con el cual se han presentado dificultades de abasto”.
Pero la lista de calamidades que origina el bloqueo es extensa, refiere Pavel, quien apunta que, en el caso de los neonatos, “hemos tenido una afectación grande con los ventiladores artificiales mecánicos, porque los disponibles tienen muchos años de explotación y ya hoy presentan defectos.
“Además -acota el doctor- muchas veces las piezas de repuesto no nos llegan de manera oportuna. También tenemos problemas con las bombas de infusión, y sufrimos carencias de medicamentos y nutrientes.
“Estoy hablando, por ejemplo, del Tracutil y del Infantrini, que son extremadamente caros y que, aunque los poseemos, se dificulta su adquisición en el exterior. A inicios del pasado año nos golpeó la falta de Neostigmina y por esa causa hubo que reducir las cirugías durante aproximadamente un mes y hacer solo las más urgentes.
“También nos golpea la poca disponibilidad de catéteres para hemodiálisis, los reactivos para hacer diferentes exámenes complementarios, sobre todo los anti HLA, específicos para pacientes con trasplantes renales.
“Por eso -afirma el doctor Nodarse- nos parece más grande aún el logro de que en el 2012 la provincia haya registrado solo 2.8 fallecidos por cada mil niños nacidos vivos, la cifra más baja del país”.
CIFRAS Y HECHOS QUE ILUSTRAN
Por si no bastaran las razones y los argumentos ya expuestos, Escambray encontró en el Hospital Pediátrico Docente Provincial José Martí Pérez, de Sancti Spíritus, un cúmulo de elementos adicionales que prueban hasta la saciedad los daños del bloqueo.
Allí la doctora Liudelkis Susana Rodríguez, vicedirectora del centro explicó que hace poco afrontaron un déficit de bránulas y además han tenido carencia de tubos endotraqueales.
“También afrontamos dificultades con medicamentos muy necesarios y efectivos como el Rosefín, el Claforán, el Meronén y otros. Un bulbo de Rosefín (Cetriaxona), por ejemplo, le cuesta al país 13.80 dólares, y de Claforán 12.45 dólares, mientras un bulbo de Meronén cuesta 57.90.
“Para que se tenga una idea de lo que significan estas cifras, vale decir que un solo paciente infantil a lo largo de su ingreso puede costar cientos de dólares, lo que equivale a decenas de miles de pesos cubanos. Solo en el mes de octubre de 2012 se utilizaron en este hospital 390 bulbos de Claforán y 419 de Rosefín”, apunta la doctora.
BLOQUEO CONTRA NIÑOS DIABÉTICOS
Para Ángela Brito García, médico endocrino general con perfil pediátrico, el bloqueo afecta su especialidad en prácticamente el ciento por ciento.
“Ese engendro criminal nos perjudica prácticamente en todo. De hecho los niños diabéticos de la provincia no cuentan con las plumas de inyección, que sería lo ideal para el tratamiento de estos pacientes. El país necesita y produce altas cantidades de tiras reactivas, pero muchas veces se tiene que apoyar en naciones amigas como Venezuela para adquirir en un tercer país los insumos médicos que se requieren.
UNA VISIÓN DESDE FUERA
Tatiana Cedillo es una residente mexicana en Pediatría que desde hace 10 años se encuentra en Cuba, donde estudió la carrera y luego la especialidad de Medicina General Integral (MGI). Desde su visión de “extranjera”, ella opina sobre el tema:
“A lo largo de mi estadía en este país me he podido dar cuenta de la forma en la que el bloqueo afecta a todos los niveles de la atención médica. Y ello es particularmente doloroso en el terreno de la salud, atendiendo a la importancia que tiene porque ataca también un sector particularmente sensible como es el de los niños enfermos.
“Para no carecer de medicamentos avanzados, Cuba tiene que comprarlos a un precio prohibitivo a través de terceros. A pesar de ello, nunca he visto que un médico deje de hacer todo por un paciente, ni que la atención a un niño sea deficiente o incompleta o que alguien fallezca por falta de atención o porque no tenga dinero, como ocurre en otros países. Lo que Cuba hace en este terreno es sencillamente inimaginable en otras partes”.
El hospital cuenta con 86 médicos y 121 licenciadas en Enfermería. En 24 horas son atendidos entre 200 y 210 casos y de ellos son ingresados entre 25 y 30 pequeños pacientes. En el 2012 fueron atendidos 53 293 niños y de esa cifra fueron ingresados 6499 con un total de 1935 cirugías. Solo se registraron cuatro fallecidos que llegaron al centro con deterioro de salud incompatible con la vida. El promedio de ocupación fue del 70 por ciento y el de estadía de los ingresos en la institución, de 4.6 días.
Siempre a sido el objetivo del imperialismo norteamericano a largo plazo atacar los mas vulnerables mediante el bloqueo pues de esa forma se puede cometer los crimen contra lo mas tierno y sensible pues es una forma que alentar hacia el desespero para confundir a incautos que desconocen en realidad los verdaderos y malignos objetivos que se han creado con malicia para desestabilizar a la REVOLUCION cubana que es atacar a los chicos menores mediante la falta de medicamentos para ellos aunque el imperialismo norteamericano a fracasado pues pocos en CUBA hubieron de caer en la trampa bien preparada maliciosamente donde la vida y salud del infante en estos tiempos mediante su cerco o embargo pudiera comenzar hacer afectada grandemente pero el cubano es culto y estudiado razones que en la mayor parte comprende el porque de las cosas y es fiel y agradecida a la REVOLUCION pues a pesar de las limitaciones los infantes reciben sus vacunas y mas por lo que son excelente atendidos muy posible que este sea otra derrota que sufre el imperialismo norteamericano en CUBA. Lazaro izquierdo