Trinidad perdió al más anciano de los Santander, alma de la tradición alfarera en la sureña villa espirituana.
Del barro nacieron las figuras más bellas, el sostén del hogar, el patrimonio de un apellido que hoy se arropa de luto por la muerte del más anciano de los Santander: Moisés, alma de la poderosa tradición alfarera en Trinidad.
A fuerza de contar la historia, Moisés ya no solo fue el horcón de la familia, sino leyenda que cada cual en esta ciudad de piedra y de barro adornó con sus propias vivencias y anhelos, al punto de que muchos nos quedamos con el otro recuerdo: el del sabio anciano que se resiste a la muerte, al olvido.
De su padre Rogelio aprendió los secretos del oficio, convertido luego en arte. Cuentan que fue un inmigrante español, a fines del siglo XlX, quien entregó las claves de la alfarería al abuelo Modesto. De aquel rústico torno nació con nombre rimbombante y vaticinando ya el destino de toda una familia, el Taller Santander, fábrica de obras huecas y materiales de construcción, que proveyó a la comarca de tejas, ladrillos y cal. Más tarde fueron también jarrones, tinajas, filtros para agua, porrones y macetas.
De las mejores reservas de la localidad llegaba entonces la tierra húmeda para ser purificada. Luego el torno, las combinaciones de colores y óxidos metálicos, las manos prodigiosas… el Moisés de una familia, de una tradición, que encontró tronco y ramas en sus hijos Daniel (Chichi), Asariel y Oscar Santander.
Vendrían entonces las satisfacciones: en el año 2007, el Premio Especial de la UNESCO, a la Maestría Artesanal y el Premio por la Obra de la Vida, otorgado durante la Feria Internacional de Artesanía FIART 2011.
“Nos enseñó a ser honrados, a cumplir con el trabajo y nos dejó la mejor herencia: un oficio que es hoy patrimonio de nuestra familia”, confiesa Asariel, quien prefiere recordarlo entre sus canarios, afable, bondadoso, humilde.
“El viejo -se le hace un nudo en la garganta a su hijo Chichi- estaba ciego, pero nunca perdió su alegría, sobre todo cuando llegábamos con una nueva pieza”.
Hay pena en Trinidad, la ciudad de hondas tradiciones artesanas, que pierde a uno de sus hijos más queridos, quien recibió, post mórtem y por acuerdo de la Dirección Provincial de Cultura y Arte de Sancti Spíritus, la Distinción Guayabera por sus “méritos indiscutibles en la consolidación y enriquecimiento de nuestra cultura”.
Una representación de pueblo acompañó a la familia durante las exequias, a las que asistió José Ramón Monteagudo Ruiz, primer secretario del Partido en la provincia.
Moisés Santander ha muerto y no se me antoja mejor despedida que la imagen de esta ciudad de calles empedradas, edificaciones antiguas y del pueblo que siempre lo recordará como lo que fue: un hombre íntegro, convencido de que el amor convierte en milagro el barro.
Supe muy tarde su muerte su nombre seguirá en la huella de trinidad, familia buena y humilde los Santander para mi son mis padres Celia y Moisés y sus hijos mis hermanos los quiero siempre
MIS MAS SINCERAS CONDOLENCIAS PARA LA FAMILIA SANTANDER QUE LLEGUE A MIS AMIGOS EN ESPECIAL OSCARITO Y FAMILIA DESDE ANGOLA.
DR ANDRIAN TORRES
ESTOY EN HAITI EN MISION DE TRABAJO DEL MICONS Y ESTA NOTICIA ME LLEGA A LO MAS PROFUNDO POR SUS VALORES BIEN ARRAIGADOS EN SU LEGADO.MI MAS SINCERO PESAME A TODOS LOS SANTANDER Y EN ESPECIAL A MI AMIGO PERSONAL ROGELIO( CARINOSAMENTE CONOCIDO COMO EL ENANO)
RAFAEL MONTES