Sancti Spíritus elige este 3 de febrero a los 75 delegados a la Asamblea Provincial del Poder Popular y a 25 diputados al Parlamento cubano.
“Haga cada uno su parte de deber, y nadie puede vencernos”, dijo con su clarividencia innata el Maestro de todos los cubanos, José Martí. Este domingo la Revolución nacida con el tañer de la campana del ingenio La Demajagua nos recuerda la única actitud posible: acudir a las urnas, si de verdad se lleva a Cuba en el pecho.
Deber y derecho se mezclan hoy, cuando más de 365 000 espirituanos están convocados a ir sus respectivos colegios, que suman 1 204 en el territorio; vale recalcar que las autoridades electorales desde la base hasta la instancia provincial se encuentran plenamente capacitadas para desarrollar las elecciones generales con la calidad de siempre.
Sancti Spíritus elige este 3 de febrero a los 75 delegados a la Asamblea Provincial del Poder Popular y a 25 diputados al Parlamento cubano, quienes sobresalen por sus méritos, capacidad, rica trayectoria y cualidades ético-morales.
Ninguno de ellos se postuló, ninguno de ellos desembolsó un centavo para hacer campaña proselitista; más de una vez se ha dicho, pero habrá que insistir en este elemento que habla por sí solo del carácter genuino de nuestro proceso eleccionario.
Por varias semanas sus biografías y fotos han permanecido en lugares públicos para que el elector conozca por quien o quienes decide dar su voto libre y secreto. A ello se sumó la decisión de que los candidatos recorrieran centros estudiantiles y de trabajo y comunidades en los ocho municipios; indudablemente, esta constituyó una oportunidad para el intercambio fructífero, sin discursos alimentados por la demagogia.
En los más de 500 encuentros de este tipo desarrollados en Sancti Spíritus e iniciados el 18 de diciembre, participaron unas 61 470 personas, hecho revelador de la importancia que le concedieron los electores a este momento, donde pudieron conocer mejor a los candidatos.
Para respaldar la calidad de los comicios no pocas acciones se emprendieron, entre estas, la realización de la Prueba Dinámica el domingo anterior, la cual permitió detectar aquellos puntos débiles que pudieran existir. Durante esta última semana, las autoridades electorales han revisado una y otra vez la garantía de los aseguramientos: transporte, comunicaciones, medios tecnológicos, la logística, en general, para que esta jornada dominical fluya sin contratiempos.
La votación para seleccionar a los delegados a las Asambleas Provinciales y a diputados al Parlamento se erige como la segunda parte de los elecciones generales 2012-2013, convocadas por el Consejo de Estado en julio anterior, conforme a lo establecido en la Constitución de la República de Cuba y en la Ley No. 72, de 29 de octubre de 1992, “Ley Electoral”.
No resulta ocioso apuntar que los delegados a las Asambleas Municipales electos en octubre y noviembre del año pasado formarán parte del Parlamento y de los órganos provinciales de Gobierno hasta en un 50 por ciento. Como está legislado, al resto de los escaños aspiran cubanas y cubanos propuestos por las organizaciones de masas, representadas en las Comisiones de Candidatura en sus diferentes niveles territoriales.
En Cuba cada dos años y medio se realizan los comicios parciales para elegir a los delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular, y cada cinco años los generales con miras a seleccionar a los diputados al Parlamento y a los delegados a las Asambleas Provinciales.
A tenor de la Comisión Electoral Nacional, a través del voto libre, igual y secreto, 8 631 836 electores están convocados hoy a las urnas para elegir los 612 diputados a la Asamblea Nacionaldel Poder Popular y a los 1 269 delegados a las 15 Asambleas Provinciales.
Desde 1976, cuando entró en vigor la actual Constitución de la República, en todas las elecciones desarrolladas en Cuba han participado más del 94 por ciento de los inscritos en el padrón, según estadísticas de la citada comisión. Ello confirma que quienes han tenido la capacidad para ejercer el derecho al voto, este se ha convertido no solo en un acto cívico; sino patriótico. Cada uno hecho su parte de deber.
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