Delegaciones latinocaribeñas fijaron su posición ante la reunión extraordinaria del Consejo Político de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba-TCP), frente a los agravios imperiales, que han vulnerado los principios del Derecho Internacional.
En el marco de la 68° Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), efectuada en Nueva York, al noroeste de Estados Unidos, las delegaciones tocaron diferentes puntos importantes como la evidente necesidad de cambiar la sede de Asamblea General de las Naciones Unidas, ubicada actualmente en Nueva York, a cualquier otro país que ratifique todos los tratados internacionales sobre DDHH.
Asimismo, también se decidió realizar los pasos correspondientes ante el Secretario General de la Naciones Unidad, Ban Ki-moon, y ante el Comité de Relaciones con el país huésped, dependiente de la Asamblea General, para evitar que se vuelvan a suscitar acciones del gobierno de Barack Obama en contra de los países que forman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América.
Igualmente, en la declaración final del Consejo Político se hace mención al apoyo y el compromiso por la paz en la República Árabe Siria, solidarizándose con el pueblo sirio, y al mismo tiempo haciéndole un llamado a las potencias occidentales y en especial a EE.UU. a sujetarse a lo establecido en el Derecho Internacional, con la búsqueda de una solución pacifica y política al conflicto.
En la Declaración final del Alba resalta también la importancia de la presencia del organismo en todos los espacios y foros multilaterales, como mecanismo para acordar y definir estrategias conjuntas en beneficio de los pueblos del mundo.
Por su parte, las naciones y pueblos hermanos latinoamericanos y caribeños rechazan el programan mundial de espionaje que utiliza el gobierno estadounidense de Barack Obama, afirmando que el mismo vulnera la privacidad de las comunicaciones de los gobiernos y ciudadanos del mundo.
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