Este domingo cumple 50 años Fernando González, patriota que junto a cuatro hermanos de lucha fue condenado por defender a su país del terrorismo.
Este 18 de agosto, ese Héroe pasará su onomástico lejos de la Patria natal, sin abrazar a su querida madre Magaly ni a su amada Rosa Aurora, por un injusto, manipulado y errático proceso legal.
Otro cumpleaños en la soledad de una celda estadounidense, donde ni siquiera los barrotes podrán impedirle recibir el cariño de todo el pueblo cubano, ni los mensajes de felicitación y aliento en esta jornada.
Fernando y sus compañeros de batalla Gerardo Hernández, René González, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, fueron sentenciados a penas que oscilaron desde 15 años de prisión hasta dos cadenas perpetuas más 15 años por monitorear y alertar sobre grupos extremistas asentados en la Florida.
René ya está en Cuba, tras cumplir íntegramente su sanción carcelaria y un año y medio -de los tres que se le impuso- bajo el régimen de “libertad supervisada” en territorio estadounidense.
Los Cinco, como se les conoce internacionalmente, solo aspiraban a defender de la saña terrorista a personas inocentes en la Isla y dentro de la propia nación norteña.
Ese espíritu acompañó a Fernando al pronunciar su alegato ante el tribunal que lo juzgó, en diciembre de 2001.
“Todo hombre que se respeta a sí mismo se debe antes que nada a su Patria. En los años de presidio me acompañará siempre la dignidad que he aprendido de mi pueblo y de su historia”, afirmó el Héroe entonces.
En este cumpleaños 50, Fernando sentirá con más fuerza la solidaridad de su gran familia de cubanos, y de miles de personas que en todo el mundo se alegrarán y redoblarán acciones porque cese la injusticia, que el próximo 12 de septiembre llegará a 15 años.
En cárcel de EE.UU., Fernando González llega a medio siglo
Este domingo cumple 50 años Fernando González, patriota que junto a cuatro hermanos de lucha fue condenado por defender a su país del terrorismo. Este 18 de agosto, ese Héroe pasará su onomástico lejos de la Patria natal, sin abrazar a su querida madre Magaly ni a su amada Rosa
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