Encuentro de teatro aficionado en Fomento ronda lo soñado

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Con más aciertos que en años precedentes, el Encuentro de Teatro Aficionado Olga Alonso desperezó la vida cultural de Fomento.

Por Ángel Martínez Niubó

Se rompió el marasmo y el Encuentro de Teatro Aficionado Olga Alonso, celebrado en Fomento, fue todo un éxito. Grupos de varias provincias convirtieron al municipio en una verdadera fiesta. De ahí que muchos -entre los que me cuento- prefieran continuar hablando de festival, que viene de fiesta, de función, y no de encuentro, que ofrece múltiples lecturas.

Pero más allá de la semántica, vale destacar cómo un enorme público abarrotó el cine, la Casa de la Cultura, e incluso envolvió con sus aplausos las obras que se presentaron en el parque. Vale destacar, además, la feliz idea de llevar hasta el centro del pueblo variadas ofertas gastronómicas. Fue lo soñado, pues, a decir verdad, no recuerdo -al menos en los últimos cinco años- que un acontecimiento cultural de esta magnitud visitara Fomento.

Cierto es que faltan aún ingredientes o fundamentos para volver a tener los festivales de antes, pero han sido válidos estos días para demostrar que los fomentenses prefieren el buen arte y que son estas las  propuestas que han de primar cuando se quiere favorecer o beneficiar el gusto estético y el sentido de apreciación de todos.

El renacer fue más allá, pues Agón Teatro, el grupo de casa, estuvo a punto de barrer los premios en disputa. Fueron ocho los lauros que recibió incluyendo el prolongado aplauso que, tras la actuación de la noche inaugural, le regalara un pueblo que colmó sus dos presentaciones. Agón… demostró oficio y rigor en una obra que recuerda aquel principio: “El teatro ha de ser siempre, para valer y permanecer, el reflejo de la época en que se produce”.

Más allá de la alegría de todos, pienso que es posible aumentar el número de obras en horario diurno y lograr una promoción eficaz a través del uso de carteles o de autos parlantes. No solo la radio es la encargada de anunciar o divulgar que en el centro del pueblo se presenta una u otra obra, y ocurre una u otra acción cultural. Urge revisar las relaciones entre promoción y cultura y lograr atractivos carteles o anuncios que posibiliten conocer que el pueblo está de fiesta.

Por otra parte, no entiendo por qué se excluyó la palabra “nacional” en esta oportunidad cuando debió ser motivo de alegría anunciar que nuevamente Fomento recibía a grupos de otras provincias. Fue quizás el temor, la duda ante lo que iba a suceder, pero tres días bastaron para constatar que esta ciudad vivió el mejor festival de los últimos años.

Dignas de encomio resultaron la gala inaugural, que propició la comunión, el agasajo y el regocijo, y la ceremonia de clausura, una verdadera muestra de imaginación y belleza. Lástima el olvido de premiar el Concurso de Poesía, que contó este año con cerca de 40 participantes. Siempre digo que Olguita amó tanto el teatro como la poesía, y que el certamen poético merece igual atención.

Mientras llega el próximo evento, ha de mantenerse la mirada en el trabajo cultural del territorio y favorecer propuestas artísticas de rigor. Si el evento resultó un éxito fue, además, porque al final primó un profundo espíritu de diálogo. No hay cultura sin ese aliento participativo. No hay ni genios ni ignorantes absolutos, sino hombres en comunicación. Fomento necesita que el saber, el gusto y los conceptos que primaron en el festival inunden con urgencia otras zonas de la vida cultural del municipio.