Las mujeres de este territorio se crecen para sumarse al llamado de producir alimentos y sustituir importaciones.
En Sancti Spíritus hay mujeres que con tesón y ternura suben lomas, andan trillos y surcan la tierra hasta hacerlas producir. Luego con perseverancia vigilan las simientes hasta verlas crecer.
Hoy, no importa cuál sea su nombre, puede llamarse Ana, María o Caridad, para todas ellas las jornadas son largas y de constante preocupación.
Manos curtidas en las cuales nunca faltan ternura y amor, repasan día a día las hileras donde semillas y plantas crecen lentamente.
Con devoción, en la provincia, miles de mujeres rurales, de una forma u otra trabajan la tierra y aprovechan los espacios en parcelas familiares y fincas para fomentar la cría de ganado mayor y menor.
Ellas manejan vegas, cultivan café, se enfrentan a la rudeza de disímiles oficios no tradicionales, sin importarles lo difícil que este sea y que para muchos, solo pudieran desempeñarlos hombres.
Sin distinción, las féminas de este territorio se crecen para sumarse al llamado de producir alimentos y sustituir importaciones. Abnegadas, responsables y dedicadas, son palabras que distinguen a estas compañeras, capaces de realizar cualquier actividad en el campo y a su vez las labores hogareñas.
En Sancti Spíritus, provincia meramente agrícola, es habitual ver a esta mujer campesina en plena faena productiva. Por eso hoy, “Día de la Mujer Rural”, hemos querido dedicarles un momento para reconocer su empeño en hacer producir la tierra.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.