Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) llamaron este viernes a realizar una campaña para proteger la mesa de conversaciones con el gobierno, encaminada a poner fin a un conflicto armado de más de medio siglo.
Al llegar al habanero Palacio de Convenciones, sede permanente de las pláticas, el jefe de la representación guerrillera, Iván Márquez, declaró que «es preferible darle tiempo suficiente a una iniciativa de diálogo, que perpetuar la injusticia y la guerra sin otra opción».
En medio de un ambiente caracterizado por las tensiones, insistió en la voluntad de las FARC-EP de avanzar en los intentos por alcanzar la paz, a pesar del escalamiento de la guerra ordenado por el gobierno y de sus constantes negativas a los pedidos y sugerencias del grupo guerrillero.
Márquez recordó que la administración de Juan Manuel Santos ha dicho no en numerosas ocasiones a las iniciativas planteadas por las FARC-EP para favorecer el proceso de conversaciones.
Al respecto, mencionó varios ejemplos como la negativa a aceptar un cese bilateral de operaciones y a permitir la presencia en la mesa de líder guerrillero Simón Trinidad, por su experiencia en el ámbito de la reconciliación.
Por parte del gobierno, Santos afirmó la víspera, en un discurso, que van a ser más contundentes en su acción militar y policial, «eso que quede absolutamente claro».
Recientemente el jefe de la delegación gubernamental, el expresidente Humberto de la Calle, señaló que las FARC intentan con sus acciones presionar al ejecutivo para establecer el cese bilateral del fuego o la regularización del conflicto.
Agregó que la paz solo puede instituirse a partir de los posibles acuerdos de la mesa de conversaciones en La Habana, la cual funciona desde el 19 de noviembre pasado, con Cuba y Noruega como garantes.
Hasta el momento actual en que trascurren las primeras jornadas del cuarto ciclo, los diálogos se han centrado en el tema agrario, el primero de una agenda de seis puntos acordada por las partes.
Los otros asuntos son la participación política, el fin del conflicto armado, la solución al problema de las drogas ilícitas, los derechos de las víctimas y los mecanismos de verificación y refrendación de lo pactado en la mesa.
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