La única manera de garantizar que la humanidad no sufra nunca más el terrible impacto de las armas nucleares, es su prohibición y eliminación.
La postura cubana la reiteró el subdirector de Asuntos Multilaterales de la Cancillería de la isla, Rodolfo Benítez, ante la Conferencia General del Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe (Opanal), que tiene lugar este jueves.
Además, recalcará el uso exclusivo con fines pacíficos del material y las instalaciones atómicas sometidas a la jurisdicción de las partes, al tiempo que instará a prohibir e impedir el ensayo, uso, fabricación, producción o adquisición, por cualquier medio, de todo armamento nuclear.
«El desarme nuclear no puede continuar siendo un objetivo continuamente pospuesto y relegado», dijo el representante cubano y exhortó a la Oponal a fijarle plazos concretos para su implementación completa, verificable, irreversible y transparente.
Benítez alertó que «la humanidad sigue estando en grave riesgo de ser aniquilada, dada la existencia de más de 17 mil armas nucleares».
Sólo el empleo de una parte ínfima de ese enorme arsenal tendría consecuencias catastróficas para nuestro planeta y los países no importa su ubicación geográfica, advirtió.
Sostuvo, a su vez, que con los cuantiosos recursos que hoy se dedican a armamentos, incluyendo los atómicos, se podría combatir la pobreza extrema que hoy padecen mil 400 millones de personas en el mundo.
Además -aseveró- se podría alimentar a los más de mil 20 millones de hambrientos que existen en el planeta, evitar la muerte de los 11 millones de niños que cada año fallecen por hambre y enfermedades prevenibles, o enseñar a leer y escribir a los 759 millones de adultos analfabetos.
En el encuentro participan delegados de 33 países del Hemisferio Occidental, más representaciones de otras zonas libres de armas nucleares y de organizaciones de la sociedad civil vinculadas con este relevante asunto.
La Conferencia General de Opanal, que por primera vez se celebra en Argentina, insistirá en asegurar la ausencia de armas nucleares en la zona de aplicación definida en el Tratado de Tlatelolco, contribuir a la no proliferación de esos medios de exterminio masivo y promover el desarme general y completo.
El martes tuvo lugar, también en la capital argentina, una reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que preside este período Cuba, la cual aprobó una declaración de los 33 estados miembros que exige la eliminación de las armas atómicas y que pone a este conglomerado multilateral a la cabeza de ese reclamo mundial.
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