Un nuevo canto de entrada se estrenó durante la presentación de la obra dedicada a la Virgen de la Caridad del Cobre.
A escasa distancia, la Parroquial Mayor resguarda sus campanas de la frialdad de la noche; casi a los pies de la iglesia, el Teatro Principal llama a los feligreses a una celebración única: la Misa Cubana a la Virgen de la Caridad del Cobre, escrita por el sobresaliente músico y compositor José María Vitier.
No importan credos ni devociones cuando la música visita en cascadas de autenticidad. “Si algo nos reconforta es que la obra ha ayudado a crear un clima de entendimiento más positivo entre creyentes y no creyentes”, sostuvo Vitier horas antes de la presentación, en este caso la número 101 desde su estreno en 1996.
En la advocación a la Patrona de Cuba en Sancti Spíritus, el suceso tuvo un subrayado: la interpretación en la obra por primera vez de “Vuela su sombra en el viento”, texto poético venido de las manos y, esencialmente, del alma de Silvia Rodríguez Rivero, autora de “Misteriosa transparencia” y “Plegaria a la Virgen de la Caridad del Cobre”, interpretados habitualmente en la pieza.
Más que sustituir a “Déjame tomar asiento” -hasta ahora el canto de entrada-, del bardo Emilio Ballagas (1908-1954), “Vuela su sombra…” clarifica autoralmente la pieza y le regala organicidad, por cuanto ya todos los textos en versos no litúrgicos llevan la inspiración de Silvia, a quien el mundo no solo de la música; sino de la cultura, le debe la idea de crear la obra.
Bajo la dirección de José María Vitier, subieron a la escena del Principal, Augusto Enríquez, las sopranos
Bárbara Llanes y María Felicia Pérez, directora del coro Exaudi, el cual demostró la justedad de tantos lauros internacionales. Credenciales de virtuosismo también exhibieron la Orquesta de Cámara Solistas de La Habana y los instrumentistas invitados Abel Acosta, Manuel Vivar, Alfredo Muñoz y María Victoria del Collado.
Este elenco, que vibró como una sola cuerda sobre el escenario, obsequió a los espirituanos una interpretación vital, límpida y sincrética, más evidente en este último caso en el “Ave María por Cuba”, donde lo yoruba emerge natural y magistralmente.
En apenas un año, Vitier ha acudido en tres ocasiones a Sancti Spíritus; ha vuelto para sorprendernos el pasado jueves con su Misa Cubana… en el contexto de una gira nacional. Y henos aquí, cómplices del acontecimiento musical, que venera a aquella imagen milagrosa y solitaria aparecida sobre una tabla salvadora en la Bahía de Nipe.
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