El restaurante-cafetería La Botija, de Trinidad se presenta como toda una novedad que atrae al nativo y al visitante, foráneo o nacional.
Trinidad cambia, sufre metamorfosis diarias, mientras más se acerca su 500 cumpleaños el cambio va más allá de las fachadas, de los techos, de las calles, del rejuvenecimiento de las joyas patrimoniales. Los servicios, sobre todo, los gastronómicos, han experimentado una revolución.
Cafeterías, restaurantes, paladares, con ofertas para todos los gustos, y una ambientación que va desde la colonia a la modernidad.
En esa larga lista de sitios llega uno a La Botija, donde aquel antepasado de colonialistas y esclavos, que es historia, se nos presenta al asomar por cualquiera de sus puertas.
Acogedor, llamativo por su decoración, entre vasijas de cerámica, sables, espadas, barriles, mesones de madera, y un aroma exquisito salido desde la cocina, se nos presenta este restaurante-cafetería, toda una novedad que atrae al nativo y al visitante, foráneo o nacional.
Es uno de los tanto sitios que va acentuando los motivos para visitar la villa, que cobra vida y juventud, que respira aires nuevos, cuando los 500 años de su fundación están, a la vuelta de la esquina.
no se han encontrado imágenes
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.