La escuela provincial de la Agricultura reenfoca el aprendizaje a tono con los cambios estructurales en el ámbito agrario.
Un giro de 180 grados experimentó el proceso de capacitación en la rama agrícola desde que en enero del 2012 ese aprendizaje dejó atrás el viejo esquema de funcionar por ofertas de cursos y pasó a la impartición de conocimientos según la demanda de la base productiva, los que deben ser llevados a ese propio radio de acción.
La transformación no es casual; forma parte de las modificaciones introducidas en el escenario agrario y, más que eso, responde a la implementación del Lineamiento 200 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, que aboga por desarrollar en la rama un sistema integral de capacitación en correspondencia con los cambios estructurales y dirigidos a la formación y recalificación de los jefes y trabajadores.
Aunque a la hora de identificar, comprender y respaldar los procesos de aprendizaje en la cadena productiva queda camino por andar, la escuela de capacitación Pedro Lantigua Ortega, perteneciente al Ministerio de la Agricultura en Sancti Spíritus, desanda los primeros trillos en el nuevo esquema de trabajo sobre la base de tres estrategias generales: capacitación técnica; preparación y superación de cuadros y sus reservas e impartición de postgrados; y Ciencia y Técnica, extensionismo y proyectos.
Al decir de directivos y metodólogos, la importancia docente de la escuela no radica precisamente en la cantidad de personas llevadas a las aulas, sino que su mayor misión es irradiar esos conocimientos a los hombres y mujeres de las bases productivas.
“Por eso el énfasis está en preparar facilitadores que son los encargados de trasladar esos conocimientos y también en preparar a los jefes y sus reservas, porque este último perfil define hoy el 75 por ciento de las acciones de capacitación a desarrollar por el centro, pero no llegamos a ese rango porque la demanda no responde todavía a esa prioridad docente”, asevera Acelio Valdivia Pérez, subdirector metodológico del plantel.
En el más reciente currículo académico la escuela inscribe cursos a los directores de las UBPC, a inseminadores, a pecuarios y veterinarios en la especialidad de leche, en el área de semilla, sobre sistemas de pagos y para jefes de colectivos laborales.
Con una fuerza docente integrada por 24 profesores, la mitad de ellos con la calificación de másteres, y 43 profesores adjuntos, un sistema de cátedras especializadas y planteles homólogos en los ocho municipios, la escuela y su programa de capacitación están llamados a convertirse en uno de los ejes de la carreta agrícola, la cual debería ser halada por una vigente frase del Che: “El que piense que la capacitación es un gasto, que pruebe con la ignorancia”.
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