Los trabajadores de Comunales, el MICONS y otros organismos se empeñaron durante el 2012 en cambiar la imagen y el entorno de la villa del Yayabo.
“La gente se queja, pero nadie puede negar que Sancti Spíritus, al menos, ya no parece un pueblo de campo”, afirma desde el fondo de su mostrador Olidia Martínez, una bodeguera que por casi 40 años ha tenido como un espectáculo único el Paseo de Avenida de los Mártires, considerado por los entendidos el espacio de mayor circulación en la ciudad del Yayabo.
Si bien el hábito no hace al monje, cuando hace más de tres décadas Sancti Spíritus nació como provincia, con la nueva División Político Administrativa surgió la esperanza de que cambiara la suerte de un pequeño terruño con trazas de aldea. Llegaron transformaciones y cambiaron sus calles, las mismas que con el paso del tiempo sintieron los tirones del período especial, el cual hizo trizas la imagen de la que fuera considerada la capital de provincia más limpia de Cuba.
SE REANIMA EL CENTRO HISTÓRICO
Para bien de los espirituanos, en el 2012 comenzó a transformarse el entorno y a redimirse una entidad casi siempre en la picota pública, toda vez que es responsable de mantener las calles, los parques y las áreas verdes. Comunales, junto al pueblo y otros organismos, protagonizó a lo largo de casi todo el año largas jornadas que dieron un vuelco al rostro de una ciudad pálida y sin gracia.
Aun cuando quedaron pendientes inversiones comprometidas que se incumplieron por diferentes razones, Raúl Navarro, al frente de la Dirección Provincial de Comunales (DPC), asegura que la labor fue superior en el mantenimiento de esos espacios públicos.
“Los mayores trabajos se hicieron en la ciudad cabecera, a propósito de los preparativos por los 500 años de la villa y como parte de las aspiraciones de recibir la condición de Patrimonio Cultural de la Humanidad. Primero, se devolvió el empedrado a dos de las calles de la ciudad; en algo más de 50 metros de la calle Guairo y en cerca de 200 metros de Padre Quintero, ambas ubicadas en las zonas más antigua y conservada de Sancti Spíritus”, apunta Navarro.
Para Miguel Pentón Cruz, inversionista de la DPC, el hecho de estar inmersos en varias obras les exigió horas extra, imposibles de materializar sin el aporte de organismos como el MICONS, Recursos Hidráulicos y el propio pueblo que se sumó en horas voluntarias.
“Así se terminó la ‘siembra’ de piedras en el Centro Histórico, y la reparación del separador de la Carretera Central desde la Clínica Estomatológica hasta el Hospital Provincial, donde se eliminaron las plantas en busca de viabilidad para el transeúnte y de favorecer el acceso a las instalaciones aledañas; también el Paseo de Colón y el paso peatonal del balneario”, acotó Pentón.
MAQUILLAJE PERMANENTE EN PASEOS Y AVENIDAS
El proyecto de reanimación del entorno urbano que se lleva a cabo en Sancti Spíritus y otras ciudades como Trinidad tuvo su clímax en la reparación del Paseo de Avenida de los Mártires.
“Comenzó como una obra sencilla, pero se convirtió en una gran inversión, cuya primera fase se inició en abril y la segunda se concluyó en noviembre, cuando se terminó el segundo tramo desde la Carretera Central hasta la sede de la Asamblea Provincial del Poder Popular, y en el 2013 se ejecutará el último recorrido hasta la Circunvalación”, asegura el inversionista.
De igual manera, el programa de conservación iniciado por parte del Sistema de la Vivienda el pasado año y extendido al resto de los municipios también hace que Sancti Spíritus luzca diferente, tras la mejoría en la imagen de los inmuebles dentro del Centro Histórico y las principales calles de la villa del Yayabo beneficiados con trabajos de conservación que incluyeron resane y pintura.
“La ciudad se ve diferente, pero se trata de una batalla dura por proteger lo alcanzado. Hay quien se cuestiona incluso por qué estamos invirtiendo en mejorar los sitios públicos en lugar de destinar esos recursos a la reparación de viviendas, pero en el plan de inversiones cada año existe un presupuesto asignado para cada cosa, que si no se ejecuta se pierde, por tanto lo que está destinado a la imagen hay que emplearlo en ello”, acota Navarro.
A pesar de tener inconformidades con el estado general del Parque de Diversiones, al que se hace necesario “pasarle la mano”, espirituanos como Olidia agradecen cada obra del Paseo. Sin embargo, como ella misma asegura, “falta todavía cultura del cuidado y el detalle, por ahí ya se ven cestos de basura rotos y arbustos arrancados”. Y Juan José, un jubilado que a diario espera la prensa desde su banco de la emblemática avenida, apuntala la idea y acude a un verbo más poético cuando afirma que hoy la cuarta de las villas fundadas en Cuba devuelve a sus pobladores el orgullo de vivir en un sitio que luce su vejez con el donaire propio de una dama elegante.
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